Amnistía Internacional resaltó este miércoles en su informe mundial sobre derechos humanos las denuncias de tortura y malos tratos, así como la desaparición forzada de detenidos arbitrariamente que, afirman, ocurren en Venezuela.
Destacan que en el país hay una crisis continuada de derechos humanos y exponen nuevas denuncias sobre graves violaciones como ejecuciones extrajudiciales, uso excesivo de la fuerza, persecución, criminalización y detención arbitraria de activistas opositores, sociedad civil y activistas de DDHH.
Los principales señalados siguen siendo el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). “Las autoridades no investigaron las denuncias de tortura y otros malos tratos que quedaron impunes”, y tampoco se tomaron medidas para impedir el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, afirmó la organización.
Agregan el empeoramiento de la emergencia humanitaria debido a la “escasez generalizada de servicios y unos elevados índices de pobreza extrema”. La pandemia por covid-19 “agravó tanto esta situación como el deterioro progresivo de la infraestructura del servicio de salud. Las personas que regresaban al país eran recluidas en centros de cuarentena estatales en condiciones y durante periodos que podían constituir detención arbitraria y malos tratos”.
Recordaron que pese a las recomendaciones de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos Michelle Bachelet, la administración de Nicolás Maduro no dio la autorización necesaria para que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) ingresara al país.