Entre gusanos, plagas y malos olores se encuentra la avenida Vargas de Naiguatá, producto del colapso de la red de aguas negras. Pobladores denuncian que hasta los comerciantes de playa La Última se han visto perjudicados porque los responsables de la parroquia le buscaron salida a la cloaca hacia el balneario y los bañistas se espantan.
“Esa agua fluye hacia la playa y cuando hay mucha agua se desborda y la hediondez es grandísima. Esto tiene tiempo así, pero nada que reparan esto”, dijo Olga Santana.
Informó que a su 73 años teme contraer una infección, pues el problema ha traído como consecuencia, que en su casa se filtre el líquido residual. “En reiteradas oportunidades hemos reportado la situación a la jefatura civil y no nos llega respuesta”.
Rosario Girreces, responsable del balneario, comentó que este fue fundado en 1952 y no había ni una entrada de aguas blancas ni cloacas. “Esto fue después de la tragedia que se canalizaron y por flojera de las autoridades, le buscaron salida a la playa”.
Los afectados imploran al gobernador Jorge Luis García Carneiro, al alcalde José Alejandro Terán y a la jefa civil Silvia Velásquez que realicen el mantenimiento necesario a dichas tuberías y así las aguas vayan a su punto./JAM