José Ángel Maicabares
Entre gusanos, plagas y el hedor se encuentra la avenida Vargas de Naiguatá, producto del colapso que mantienen desde hace mucho tiempo los drenajes de aguas negras.
Los pobladores denuncian que hasta los comerciantes de Playa La Última se han visto perjudicados porque los responsables de la parroquia le buscaron salida a la cloaca hacia el balneario y los bañistas se espantan.
“Esta es una cloaca que se dirige la playa. Cuando hay bastante agua eso se desborda y la hediondez es grandísima. Esto tiene tiempo así, le han tirado fotos y fotos y nada que reparan esto”, dijo Olga Santana.
Informó que teme a su 73 años agarrar una infección, pues la cloaca llega hasta su casa y ha traído como consecuencia que se filtre. “En reiteradas oportunidades hemos reportado la situación a la jefatura civil y no nos llega respuesta”.
Rosario Girreces, responsable del balneario, comentó que el lugar fue fundado en el año 1952 y no había ni siquiera una entrada de aguas blancas ni cloacas. «Esto fue después de la tragedia que se canalizaron y por flojera de las autoridades le buscaron salida a la playa”.
Los afectados imploraron ayuda al gobernador García Carneiro, al alcalde José Alejandro Terán y a la jefa civil Silvia Velásquez para que realicen el mantenimiento necesario a las tuberías y así las aguas vayan a su punto./JAM/jd