** Han tenido que llegar hasta La Colonia Tovar en busca de una opción
Luisana Brito
Hasta en La Colonia Tovar han tenido que buscar insumos los agricultores de Vargas, en especial lo de Carayaca, porque en “Agropatria no tiene nada que ofrecer”.
Esta situación incide en el precio de las hortalizas, frutas y legumbres, pues también recurren al mercado negro donde corren con el fortuito de que estén vencidos o sean de mala calidad.
Un grupo de trabajadores de la tierra de Carayaca acudió la mañana de ayer al establecimiento ubicada en El Latín, Carlos Soublette, con la esperanza de comprar semillas, abonos, fertilizantes, entre otros, pero se encontraron con la novedad de que solo cuentan con Babotox y unos que otros químicos para evitar que las plantas se pudran.
Apuntaron que desde hace dos años y medio Agropatria no es abastecida con la cantidad de insumos para cumplir con la demanda de los consumidores y a pesar de que los trabajadores hacen los pedidos en la sede central ubicada en Cagua, al parecer tampoco hay porque no llegan.
“Nosotros pensamos que podíamos conseguir algo de semillas, pero nos vamos con una caja Babatox y químicos para las plantas. En el campo estamos necesitando Lifosan y Gramoson para quemar el monte y Ridomir para cuidar la cosecha”, sostuvo Francisco Blanco.
Al verse acorralados por la escasez optan por buscar en el estado Aragua, donde una lata de zanahoria de una libra cuesta Bs- 3.000.000 y un saco de abono de 35 kilos en Bs. 1.000.000.
“Y no solo eso, también hay que comprar los fertilizantes, venenos y el riego para que crezca. No es fácil trabajar la tierra bajo estas condiciones. La lata de 25 mil semillas de brócoli está en Bs. 2.000.000 y la de 5 mil en Bs. 300.000, pero lo más caro es el saco de papa de 50 kilos a Bs. 130.000, algo que antes no pasaba de los Bs. 10.000”, expresó el agricultor.
Pedro Pablo Sosa indicó que en varias oportunidades han viajado hasta Mérida, pero por las manifestaciones no se arriesgan a cruzar tantos estados en la carretera. “La última vez compré una saco de semilla de papas y vinieron malas, perdí todo y eso nadie me lo repone porque fui un producto importado”, lamentó.
Destacó que otros agricultores del área están optando por reutilizar la materia prima para seguir con el negocio. “Muchos han abandonado la corteza de durazno porque no tienen los químicos para cuidarlas y da dolor ver como se pierde el trabajo y el sustento de una familia completa. Desde que Agroisleña fue expropiada por el Gobierno nuestro trabajo se vino al piso”, manifestó.LB