El abuso sexual infantil es uno de los delitos más graves que se podrían cometer, y la cantidad de casos que se han registrado en los últimos tiempos sigue aumentando y alertando a toda la población nacional y regional.
En la mayoría de los casos, los niños son abusados y maltratados por una persona cercana, ya sea un familiar, vecino, profesor o amigo.
Pero, ¿qué motiva a estos agresores a cometer este tipo de delitos? La psicóloga clínica de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y psicoterapeuta, Amalia Rondón, lo explicó para el Diario La Verdad.
“Este tipo de conductas se pueden desarrollar en cualquier individuo, sea mujer u hombre, y en cada uno la generan varios factores. Normalmente, puede ser que el agresor provenga de una familia disfuncional, herencia genética o estructura de personalidad perversa”, dijo Rondón.
Pedofilia y pederastia
Muchos suelen catalogar de “pedófilo” a cualquier persona que sienta atracción por niños y que cometa actos lascivos, pero este no es el término correcto que le corresponde a estos agresores.
Cuando se habla de pedofilia, se hace referencia a una parafilia, que es un trastorno de inclinación sexual caracterizado por la presencia de fantasías y un elevado nivel de excitación con personas no consistentes, en este caso, niños. Sin embargo, el pedófilo no tiene porqué intentar abusar sexualmente del menor para satisfacerse.
Con respecto a la pederastia, se está hablando de un delito mucho mayor, puesto que estos individuos, además de contar con todas las características de un pedófilo, no se sienten satisfechos hasta que sus fantasías son llevadas a la realidad, es decir, hasta que abusan sexualmente del niño.
¿Cómo es un pederasta?
“Identificar a estos individuos es sumamente difícil debido a que “pueden tejer una red de víctimas amenazadas para que permanezcan en silencio.
Por eso es importante que los parientes cercanos, gente de confianza y amistades, brinden apoyo a las víctimas”, dijo.
¿Qué secuelas podría dejar un abuso infantil?
“Muchas. Un niño o niña que ha sido abusado sexualmente quedará marcado para el resto de su vida y la situación se puede agravar si el agresor es un padre, madre o pariente cercano”, explicó Rondón.
Sobre el apoyo y la atención que deben recibir las víctimas de abuso infantil, la especialista recomienda a los padres o representantes de los menores agredidos sexualmente, a “tejer una red de apoyo con la familia y que reciban atención psicológica de manera inmediata, además de realizarse las evaluaciones médicas forenses correspondientes”.
Dar fortaleza a las víctimas es un factor importante. “Solo una familia sana puede ayudar y contener a un niño o niña que pasa por un trauma de esta magnitud”, manifestó la psicóloga.
¿Qué dice la Ley?
Las víctimas de abuso de menores son protegidas por las leyes venezolanas, especialmente la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Loppna).
Los artículos 259 y 260 de la Loppna condenan a estos agresores sexuales de 2 a 6 años de prisión, por cometer actos lascivos en contra de un menor de edad; asimismo, si el abusador llega hasta la penetración (oral, vaginal u anal) la condena será de 15 a 20 años.
Según informaciones proporcionadas por expertos en la materia, el 85% de los casos de abuso infantil ocurren dentro del mismo núcleo familiar. El resto de la estadística se divide en escuelas, academias deportivas y lugares religiosos.
En caso de un menor de edad haya sido víctima de abuso, lo más recomendable es acudir inmediatamente a las oficinas de atención a la víctima de los cuerpos de seguridad y del Ministerio Público.
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