Vicenta Rondón Sánchez, de 86 años y José Cirilo, de 73, viven solos en el urbanismo Luisa Cáceres de Arismendi, en Playa Grande. Cirilo presenta desnutrición y además está postrado en una cama por una caída que tuvo hace años que le causó fractura de pelvis.
Vicenta no puede prestarle toda la colaboración que quisiera porque se le dificulta cargarlo y movilizarlo por el apartamento por su avanzada edad.
Durante la noche José presentó fuerte dolor abdominal, por lo que llamaron al 171 para que enviaran una ambulancia. Sin embargo, lo regresaron a los 40 minutos porque ningún centro pudo atenderlo. “Lo llevaron al Periférico y no lo atendieron, en el Seguro Social tampoco y en los centros de Catia la Mar decían que no tenían camas disponibles”, contó Vicenta.
Aunque ella cobra la pensión y recibe los bonos que otorgan por el Carnet de la Patria, no le alcanza para comprar alimentos más allá de los que vienen en la bolsa del CLAP. Cirilo estaba internado en el Centro Negra Hipólita hasta antes de la cuarentena. Allí recibía las visitas y lo apoyaban, pero debido a la pandemia del covid-19, desocuparon el lugar y lo enviaron a casa.
Chirli Silva, vecina de los abuelos, hace un llamado público a las autoridades regionales para les brinden la ayuda necesaria. “No solo se trata de darles una bolsa porque el señor está desnutrido, ellos requieren el acompañamiento de una institución para tener una mejor condición de vida”.
Contó que afortunadamente toda la comunidad está pendiente de ellos y les prestan apoyo, pero igual se les hace cuesta arriba sobrevivir. “Están solos allí, el señor dormía en un colchón en la sala pero hace poco se les inundó el apartamento y tuvieron que botar el colchón y ponerle una colchoneta finita”.
Para comunicarse con los abuelos pueden contactar a su vecina Chirli al número telefónico 0412-3699725./VC
