Los abogados del expresidente peruano Pedro Castillo, Ronald Atencio y Raúl Noblecilla, anunciaron que dejaron la defensa del exmandatario en una decisión tomada de forma conjunta con el acusado, aunque no revelaron las razones por las que adoptaron esta decisión.
«Habiendo conversado con nuestro patrocinado de forma conjunta, se ha decidido que no continuaremos ejerciendo su defensa, reservándonos las razones sobre la misma», escribieron ambos en sus cuentas de Twitter.
Este jueves, el juez supremo Juan Carlos Checkley dictó 18 meses de prisión preventiva para Castillo, mientras es investigado por los delitos de rebelión y conspiración por el fallido autogolpe de Estado del pasado 7 de diciembre.
Ni Castillo, que sigue considerándose presidente de Perú, ni ninguno de sus abogados se presentaron al inicio de la audiencia de revisión del pedido de prisión preventiva durante 18 meses que presentó la Fiscalía de Perú.
Al inicio de la audiencia, convocada por Checkley, se informó que Castillo, quien cumple arresto preventivo, se negó a recibir la notificación del requerimiento fiscal.
En ese sentido, el juez informó que la defensa del exgobernante sería asumida por el abogado de oficio Italo Díaz, ya que ninguno de sus defensores acreditados se presentó a la audiencia.
Al respecto, Atencio informó entonces en Twitter que ni él ni su colega Noblecilla iban a participar en la audiencia de prisión preventiva.
«Son muchos los argumentos que, en conversación con Pedro (Castillo) nos impulsaron a tomar esa decisión«, indicó antes de señalar que entre ellos figura una «vacancia (destitución) ilegal y exprés».
Ambos asumieron la defensa exclusiva el pasado 12 de diciembre, fecha en la que renunció su antecesor, Miguel Pérez Arroyo, por «discrepancias en cuanto al enfoque de la defensa».
También renunció a ejercer la defensa de Castillo Benji Espinoza, quien fue su principal abogado y que tomó esta decisión tras el anuncio del expresidente de disolver el Congreso peruano.
Castillo fue detenido el pasado 7 de diciembre tras su fallido autogolpe de Estado, horas después de que anunciara en un mensaje a la nación que iba a disolver el Congreso, reorganizar el sistema de justicia, convocar a una asamblea constituyente, conformar un Ejecutivo de emergencia y gobernar por decreto.
Poco después de su mensaje, el Congreso lo destituyó y ocupó la jefatura de Estado Dina Boluarte, hasta entonces vicepresidenta electa en su fórmula.