Rodolfo Ruiz
Rodolforr_23@hotmail.com
En el olvido quedaron 11 familias de la calle Sucre, en Simetaca, Carlos Soublette. Aseguran que se han dirigido a Ivivar y al Ministerio de Vivienda en Caracas, pero no han obtenido ninguna respuesta. Señalan que la única esperanza es que el gobernador Jorge Luis García Carneiro les adjudique una vivienda digna.
Jenny Rodríguez expresa que tienen tiempo solicitando la limpieza de la quebrada Curucutí. «Aquí hay adultos de la tercera edad y niños, quienes se encuentran en riesgo cada vez que llueve, pues el agua que baja por la quebrada amenaza con salirse».
Detalla que proliferan los zancudos y roedores que terminan metiéndose en sus precarias viviendas. «Estamos totalmente desprotegidos, pues todas las casas de este sector fueron construidas con techos de zinc, madera y cartón piedra y por más que tratemos de sellar las entradas para que no entren las plagas, es imposible”.
Muchos están desempleados
Rodríguez indica que el hedor de las aguas servidas estancadas ha sido un problema desde hace años. «Aquí más de uno ha contraído infecciones, pues vivimos en casas que no tienen las condiciones mínimas, pero no tenemos alternativa».
Manifiesta que de tener recursos «nos hubiéramos ido, pero actualmente todo está difícil, muchos están desempleados y lo poco que ganamos en nuestros trabajos a duras penas alcanza para comer”.
Extrema pobreza
Baños improvisados, artefactos remendados y cuartos en los que duermen hasta 7 personas son algunas de las vicisitudes que confrontan estas familias.
Greisy Rodríguez asegura que ha solicitado ayuda pero no ha tenido éxito. “Señor Gobernador ayúdeme. Vivimos en extrema pobreza y a duras penas podemos sobrevivir mi esposo y yo con mis cinco niños».
Recuerda que uno de sus hijos «cumplió 1 añito y nunca le pude dar la oportunidad de dormir en una cuna. Muchas veces tuve que acostarlo sobre un cubrecama en el piso de tierra amarilla”.
Detalla que lo más indignante de toda la situación es que hace menos de un mes hicieron entrega de viviendas dignas en Mare y los beneficiados fueron personas de Caracas. «Como guaireños nos sentimos muy mal”./jd