Se requieren cuatro días de salario para comprar comida en la calle

María Elena Moreno, [email protected] Desayunar y almorzar en la calle se ha vuelto cuesta arriba para los trabajadores, a quienes comprar un menú en restaurantes y luncherías les cuesta mínimo cuatro días de salario. El alza de los insumos hace comunes los ajustes, que espantan a los comensales.

Diega de La Cruz, encargada del restaurante La Catalufa en Catia la Mar, asegura que antes vendía al día hasta 60 platos, y actualmente salen menos de 30. “Tratamos de mantener los precios, pero todo está caro. El salado cuesta un ojo de la cara y en un puñito de aliños se van hasta 2.800 bolívares”.

Destaca que dejó de ofrecer el plato a 900 bolívares, pues no generaba ganancias. “Cómo mantengo la misma tarifa si el bulto de arroz o pasta lo tengo que comprar a los bachaqueros en 25 mil bolívares. Es casi imposible conseguir todos los ingredientes”.

Lo caras que se pusieron las bandejas impide la compra por bulto, por lo que actualmente solo adquiere “unas puntuales para no gastar tanto”. Tener empleados tampoco es viable, pues la ganancia es mínima.

En muchos restaurantes han eliminado la oferta de menú ejecutivo, pues implica comprar envases para sopa y vasos para jugo que cuestan un ojo de la cara. “De por sí preparar la sopa ya sale carísimo, no puedo incluirla en el almuerzo”.

“El bono de alimentación no alcanza para nada”

Los trabajadores manifiestan que lo más barato para resolver son las llamadas balas frías, como perros calientes y hamburguesas, que se consiguen sobre los 450 y 1.000 bolívares respectivamente.

“A veces almuerzo con un cachito. De la casa no siempre traigo comida porque no tengo tiempo para hacer colas y por lo general tengo la despensa vacía. Hace días gasté 2.300 bolívares porque desayuné y almorcé en la calle. Sacando cuentas el bono de alimentación no alcanza para nada, si acaso para ocho almuerzos, no para un mes, como debería ser”, destaca Karina Oliveira, trabajadora de un centro comercial. /MEM/ar