Días no laborables afectan a todos y sus daños colaterales son enormes
* Asegura que el Gobierno nacional no garantiza los servicios básicos a la población
María Elena Moreno.- Más problemas que beneficios traerá la declaración de días no laborables para el sector público. Si bien los privados seguirán realizando sus labores, podrían tener la operatividad frenada por falta de permisos y logística, que solo podrán entregarse lunes y martes, así lo expresa Eduardo Quintana, presidente de la Cámara de Comercio de Vargas.
“A ellos no les afecta en cuanto a productividad porque lo que hacen es depredar, pero los daños colaterales son incalculables. Es un golpe a la cadena de producción empresarial, pues estarán dejando de cumplir su rol en toma de decisiones. Considero que las decisiones que se toman son muy apresuradas e inconsultas”.
Hace énfasis en que el Gobierno nacional insiste de manera absurda en hacer librar a los empleados, cuando precisamente en sus hogares consumen más energía. “Ya reconocieron en cadena que no está funcionando esta medida, pero la repiten. Se evidencia entonces la falta de disposición que hay para poner a funcionar la producción nacional”.
La falta de cultura preventiva y mantenimiento, explica que son consecuencia de “no colocar gerentes conocedores de las áreas a liderar los organismos. Ahora el pueblo está sin luz, sin agua y sin alimentos. Expropiaron las empresas, las quebraron, y al sector privado, que paliaba el déficit, se negaron a entregarle dólares”.
“La necesidad tiene cara de hambre”
En un comunicado, la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos dio a conocer que sus empresas afiliadas cuentan con inventario para aproximadamente 15 días.
La falta de materia prima mantiene la producción mermada. Los dólares no son asignados y la deuda con proveedores internacionales es de 1,6 millardos de dólares.
Precisan que “el ciclo de reposición de inventario de materias primas se ha visto interrumpido en más de 15 categorías, entre estos el de salsa de tomate, mayonesa, arroz, cerveza, galletas, pan, carnes de almuerzo, salchichas, compotas, leche de larga duración, jugos, atún y gelatinas”.
Desde el año pasado, el empresariado se enfrenta a retrasos de hasta 100 días en el otorgamiento de certificados de no producción nacional y de 200 días en la autorización de adquisición de divisas. “Ahora sí estamos en el fondo. El venezolano no tiene garantizado si quiera lo básico. El temor que existe es a dónde vamos a parar, porque la necesidad tiene cara de hambre”.
Expone que el país marcha en “una inercia total” y el sector privado se mantiene de manos atadas. “Cuando ni siquiera se vela por el alimento y el bienestar de los niños, no queda nada que hacer ni pensar”. /MEM/ar