El verdadero valor de la Navidad es unir familias

Luisana Brito, [email protected] En Venezuela, la Navidad siempre ha sido muy importante desde el punto de vista familiar, muchas de las tradiciones y costumbres de estas fechas se centran en este tema, lo que ha hecho que sea una temporada en la cual habitualmente se fortalecen los lazos entre los más allegados.

Si bien en años recientes por diversos motivos hubo una disminución en las manifestaciones del espíritu navideño, creemos que bien vale la pena hacer un esfuerzo por volver a recuperar, en toda su magnitud, la esencia de la festividad navideña, como compartir con los vecinos los platos de comidas que se suelen hacer en esta fecha tan especial.

En esta época, la importancia de dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos. Es un tiempo para renovar la fe en Dios, amar a los demás, y poner en alto el amor y la paz. Para ello, es fundamental compartir con los hijos los valores, enseñarles que la felicidad no solo está en los obsequios materiales, sino disfrutar con alegría y espiritualidad.

En esta Navidad, tenemos la oportunidad de crear un rito de celebración sencillo y personal, con un significado más íntimo, de manera que logremos fortalecer nuestros valores humanos, conectarnos con el amor y la generosidad para compartir lo mejor de cada uno de nosotros.

Para que tus fiestas navideñas sean una época de paz, reunión y felicidad, voy a compartir algunas claves contigo:

-Reúne a tu familia o amigos y planea junto con ellos lo que van a hacer la noche de Navidad. Delega y comparte con ellos las tareas pendientes, pongan fechas para decorar, hacer las compras y para preparar las comidas especiales como los dulces tradicionales.

– La Navidad es un tiempo para el disfrute, compartir y para estar más tranquilos. Puedes preparar el desayuno en pijama, poner música de aguinaldos o villancicos. Decoren el nacimiento o el arbolito juntos; es el momento especial para compartir tus recuerdos más preciados y rescatar el verdadero significado de la Navidad, así como tus padres lo hicieron una vez contigo.

– Comparte con tus familiares o amigos un momento de reflexión, oración y meditación para aquietar la mente, serenar las emociones y abrir el corazón al significado espiritual que también tiene esta celebración. Rescata algunas de las tradiciones familiares que fortalecieron tu fe.

– En lugar de conectarte a la tristeza o la nostalgia, llénate de alegría y sal a alegrar la vida de los demás.  Una sonrisa, una frase amable y de reconocimiento, un gesto de solidaridad, compartir una comida caliente con un desconocido que se encuentre necesitado, puede ser una oportunidad de hacer algo bueno y desinteresado por los demás.

– Es el momento oportuno para hacer una lista con los nombres, teléfonos y correos de todas las personas que recuerdas porque te hicieron algún bien, sin importar cuánto tiempo haya trascurrido desde la última vez que tuviste algún contacto con ellos. Llámalas o escríbeles y sorpréndelas con un mensaje de gratitud y cariño guardado en el tiempo.

– Puedes convertirte en un elemento conciliador en tu espacio familiar, en el trabajo, en tu círculo social o en tu comunidad, para propiciar la paz, el entendimiento, el acercamiento y la convivencia entre todos, especialmente entre aquellos que se hayan distanciado por alguna diferencia.

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