Más de 10 mil empleos "guindando" por caída portuaria

María Elena Moreno, [email protected] En la “Crónica de una muerte anunciada”, aseguran los agentes aduanales que se ha convertido la caída libre del movimiento portuario, que arrastra a su paso con miles de empleos. Explican que este año la situación empeoró, pues con solo tres subastas fue imposible que el sector privado recobrara fuerza.

Rusvel Gutiérrez, presidente de Caduainco, comenta que alrededor de 10 mil empleos varguenses están en riesgo de forma directa. “De esa cifra, al menos unos 3000 responden a las agencias aduanales, que están ya casi en cierre técnico. Estamos operando a esfuerzos unas 50 agencias que luchamos por mantener el personal”.

800 agencias en cierre técnico

Señaló que esta cantidad resulta mínima, si se toman en cuenta las 1.200 agencias aduanales que hay registradas por el estado Vargas ante el Ministerio de Finanzas. “Son más de 800 agencias que están en cierre técnico, que han tenido que ir depurando sus nóminas porque a duras penas pueden cumplir con los pagos administrativos, que les dan el visto bueno para estar legalmente abiertas, por si acaso”.

Gutiérrez, manifiesta que unas 300 agencias están operando de forma intermitente. Los egresos se comieron a los ingresos por tercer año consecutivo, dicen los aduaneros, quienes nada más para estar a derecho deben pagar al menos 100 mil bolívares.

“Independientemente del movimiento hay que pagar. Lo triste es que las necesidades y gastos son los mismos, mientras que la operatividad baja. Hay agencias que me han manifestado trabajarán hasta este mes, lo mismo ocurre con algunos transportistas. Toda esta situación ha afectado a los auxiliares de la administración de aduana”.

Los años de las vacas flacas

Respecto a estos últimos actores, manifestó que muchos están sufriendo las consecuencias de compromisos adquiridos en la bonanza. “En el caso de las deudas adquiridas para mantenerse a flote, se ven afectados en fuerte medida los transportistas. Muchos, hace más de cuatro años adquirieron hasta 20 gandolas nuevas, creyendo que seguiríamos bien. Ahora están comprometidos pagando giros costosos”.

Recordó que en el año 2012 hubo lo que llamaron “una estampida de importaciones”, donde hacían cola en rada hasta 25 buques para descargar en suelo guaireño. Tres años más tarde la situación se revirtió, y por semana se reciben no más de 5.

“Ese año dorado se importó la cantidad aproximada de 60 mil millones de dólares, y este año supongo que esa cifra no superará los 500 millones, eso con el movimiento del Gobierno, que se ha convertido en el único importador”.

El 2% restante de importaciones lo levanta el empresariado, que compra a riesgo “de ser multado y obligado a vender la mercancía como si la hubiera traído a 6,30, y no a 800 bolívares”.

De consolidadores a mesoneros

Sobreviviendo y “matando tigres” se encuentran gran parte de los auxiliares de aduanas, quienes han tenido que buscar opciones en tiempos de crisis, así lo expresó Freddy Rivas, vocero del movimiento 100% Aduaneros.

“Ya la mayoría de las agencias se fueron de vacaciones colectivas. Solo quedará activo el Estado. Otra vez las cifras quedaron en negativo, muy rojas. Creo que no todas activarán en enero, pues es sabido por el gremio que para operar a principio de año es necesario pedir desde diciembre”.

Rivas, avizora “muy gris” los primeros meses del 2016. Explica que los aduaneros están muy descontentos con este cierre de año, que se repetirá entretanto no se tome en cuenta al sector privado.

“Tienen que entender que el empresariado debe ser el otro brazo de la economía. Tememos que en poco tiempo sean miles de hogares sin nada qué poner en la mesa. En caucheras y restaurantes, vemos a compañeros profesionales que lucharon, pero buscaron otras alternativas para no morir de hambre”.

Falta de confianza

Ambos representantes del gremio aseguran que la persecución al sector privado importador cobró empleos inocentes. “Y así se pretende seguir. Estamos entre la espada y la pared, con inestabilidad por todos lados”.

Con una deuda a los proveedores que supera los 15 mil millones de dólares, Venezuela ha recibido rechazo y pérdida de confianza en el comercio exterior. “Sin líneas de crédito estamos de manos atadas. No hay confianza de inversión”, puntualizó Gutiérrez. /MEM/ar

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