Carnicerías al borde de la quiebra
Luisana Brito, l[email protected] Con el kilo de carne en canal a Bs. 1.000 y el pollo entero en Bs. 590, carniceros aseguran estar al borde de la quiebra, pues no obtienen ni el 30% del margen de ganancias establecido. Explican que cada vez es más difícil abastecerse, pues no se consiguen reses y las que hay superan la enorme cifra de los Bs. 200 mil.
Además, la regulación de los precios de estos rubros, también afecta a los distribuidores, ya que no pueden costear los gastos operativos debido a la restricción en las ganancias. Sumado a lo anterior, los altos costos de los materiales para envolver, que semanalmente aumentan en más de un 50%, han hecho de este negocio algo insostenible.
José Luis Oramas, encargado de una carnicería en el mercado municipal de Punta de Mulatos, en La Guaira, señala que el sábado de la semana pasada, fiscales de la Sundde, les “obligaron” a vender lo que tenían en las cavas a precios regulados, es decir, la carne en Bs. 220 y el pollo en 65, sin tomar en cuenta el costo que pagaron para su adquisición.
“Ninguno de los proveedores nos quieren despachar. Es claro que nadie va a trabajar si no va a obtener ganancias. Tenemos una semana que no sabemos lo que es vender carne y esta situación nos afecta a todos, tanto al comerciante como al consumidor, porque no hay donde comprar. Nos iremos a morir de mengua”, enfatiza Oramas.
Por los momentos solo están ofreciendo morcilla y chorizo a Bs. 600 y Bs. 1.200 el kilogramo, respectivamente, mientras que la tocineta a Bs. 1.500. “Pero la gente lo que está buscando es carne y pollo. Ni si quiera aparecen los granos, que es a lo que normalmente se le coloca tocineta para salir de ella. El cochino ahora también es un dolor de cabeza”.
Venderán con miedo
“Nos tocará zanquear en Caracas, para ver si con suerte nos venden media res. De paso, al llegar aquí, andamos con miedo a que nos multen porque no vendemos al precio estipulado, que para nadie es justo. Mientras no se lleguen a acuerdos con los mataderos y los ganaderos, iremos de mal en peor. Antes me abastecían todos los días, ahora una vez a la cuaresma”, recalca. /mp