Colas kilométricas reinan en los supermercados
María Elena Moreno, [email protected] Como algo rutinario y hasta tradicional, se ha vuelto hacer las colas en los supermercados. Llevar sol para llenar la nevera es lo que afirman los varguenses están obligados por necesidad. Para escapar del bachaquero y poder estirar la quincena, el ciudadano de a pie ha ido aprendiendo este hábito que para muchos se volvió “normal”.
Los días cruciales y de mayor afluencia en estas calurosas filas son los martes y jueves, porque ya es de conocimiento que son los días cuando los proveedores de empresas como Polar, despachan. “Desde antes de abrir la gente ya está haciendo la cola. Se llevan lo que sea que llegue. Ya nosotros sabemos que toca llamar a la policía para controlarlos, no nos impresiona que una gandola se acabe en un día”, explicó el encargado de un supermercado en el este.
Asimismo, en los comercios destacan que a veces hay quienes hacen la cola aún sabiendo que no llegará nada. “Lo hacen por si acaso, se sientan y ahí pasan horas. No debería permitirse eso”.
Los comerciantes se quejan de que estos alborotos semanales los afectan. “A veces nadie pasa porque está la cola por fuera, se escuchan gritos y se ve como hay quienes quieren colearse. Hasta se molestan porque uno no les quiere aguantar las bolsas para ellos comprar otra vez, lo que me parece un abuso”, dijo una vendedora de Naiguatá, que prefirió el anonimato. Algunos han optado por no abrir estos días u operar a medio tiempo.
Ni luces de las captahuellas
En los supermercados no hay sistema de control de ventas, lo que los vuelve el escenario favorito de bachaqueros, quienes con mal humor y a la defensiva se colean cuantas veces desean, amedrentando a quienes tienen detrás.
En marzo de este año, se informó que el Ministerio de Comercio utilizaría a Catia la Mar como parroquia piloto para la instalación de las máquinas. Cinco comercios se unirían a este sistema, cuyo registro, distinto al de los procesos electorales, estaría interconectado con las bases de datos del Saime, CNE y Cantv. Seis meses más tarde no hay buenas nuevas, y en los comercios sufren con los revendedores que agotan inventarios de meses en un par de horas. /MEM/ep