Félix es el rey de la moda de Seattle

Félix Hernández tiene más de 1.000 pares de zapatos, tres sastres para sus trajes a la medida y le gustan camisetas de diseñador que cuestan hasta 500 dólares cada una.

Su colección de alta costura es tan grande que no cabe en los múltiples closets que tiene en sus casas en Seattle y su natal Venezuela. Y le encantan cada una de las piezas.

«Te digo una cosa, el que está en mi cuarto es grande pero mi esposa tuvo que construir otro closet en el garaje para poner mi ropa», dijo el as de los Marineros de Seattle, sacudiendo la cabeza. «Hicimos un par de closets en el garaje. Tengo demasiadas cosas».

Hernández ha cultivado cuidadosamente un llamativo estilo durante sus 11 temporadas en Grandes Ligas. No le asustan los colores atrevidos, prefiere cortes ajustados y le gustan mucho los diseños europeos. Describe su estilo simplemente como diferente. Un ejercicio de elegancia llamativa pudiera ser más preciso –closets abarrotados de trajes que cuestan miles de dólares, zapatos de todos los colores del arcoíris y muchos jeans ajustados de diseñadores.

«La moda es importante para mí», dijo. «Soy alguien a quien le gusta lucir bien siempre e impresionar».

Hernández debutó en las mayores en 2005, cuando apenas tenía 19 años, Cuando comenzó a recibir cheques de Grandes Ligas, no tuvo dudas de cuál sería su primera compra de estilo.

«Para un hombre, si vas a una reunión o a un lugar a encontrarte con gente, el impacto es el reloj», dijo. «Así que yo me dije: ‘necesito un buen reloj’ Y fue lo primero que me compré».

Ese reloj fue un Hublot y ahora el venezolano tiene una colección de unos 30 relojes.

Para una entrevista sobre su estilo, Hernández, de 29 años, consideró tres combinaciones diferentes de camisas y zapatos antes de decidirse por un vestuario elegantemente informal. El ganador del Cy Young de la Liga Americana en 2010 lució jeans negros Yves Saint Laurent y camiseta con una impresión estilo piel de cocodrilo del mismo diseñador. El Rey Félix no llevaba corona, solamente una gorra negra de béisbol con una carita sonriente de oro.

Sin corona pero con diamantes

Un atuendo llamativo, sin dudas, pero las joyas con las que lo complementó estaban en otro nivel.

Un diamante de cinco quilates adornaba cada oreja. Uno de sus cuatro relojes Rolex -éste con bisel de diamantes y un precio de 50.000 dólares- llamaba la atención en su muñeca izquierda y un brazalete personalizado en la derecha. Pero la estrella era una gruesa cadena de oro y diamantes con un medallón con la imagen de Jesús, los ojos formados por dos diamantes. Costó 35.000 dólares y a Hernández le gustó porque vino con un par de aretes.

El venezolano combinó su costoso atuendo con botas Timberland, sin acordonar.

«Siempre he prestado atención a cómo me visto», dijo. «Siempre traté de lucir bien. Pero no pensaba en ello de la forma en que lo hago ahora».

Con los consejos de Sandra

Hernández vivía bien en Venezuela, pero ciertamente no era rico. Desarrolló su sentido de moda leyendo revistas, prestando atención en Instagram y, por supuesto, con consejos de su esposa, Sandra, con quien ha estado desde los 14 años.

El estilo de Hernández ciertamente viene bien con su apodo real y resulta más que apropiado para un hombre que firmó una extensión de contrato por 175 millones de dólares en 2013.

Hernández tiene un contrato de promoción con Nike, por lo que obviamente posee mucho calzado deportivo, pero las estrellas de su closet para calzado son dos pares de coloridos botines Christian Louboutin de 1.700 dólares y varios pares de botines de suela roja decorados con cientos de coloridas puntas que le costaron cerca de 1.495 dólares cada uno.

Dos de sus sastres se encuentran en Los Angeles y un tercero en Chicago, y los visita varias veces al año. Entre sus trajes favoritos se hallan uno amarillo, uno verde y otro de un púrpura llamativo y camuflaje negro. En Chicago sus trajes son hechos por The Trunk Club, cuyos trajes sencillos se venden a partir de 850 dólares. Pero seguramente Hernández no compra el modelo básico.

«Mis trajes son realmente extravagantes, probablemente son lo mejor de mi closet», señaló.

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