Más de 300 años homenajeando a la Virgen de Coromoto de Naiguatá
Wilmer Martínez Añez.- [email protected] Por más de 300 años se ha conmemorado en Naiguatá la imagen de la Virgen María con las manos cruzadas, plasmada en una piedra de tres centímetros de color azul, que fue hallada por un indio llamado Coromoto cuando la parroquia era tierra de indígenas, a mediados del siglo XVIII.
Hasta el momento no hay un registro que indique la fecha exacta en la que el indio encontró la imagen. La información que ha sido transmitida por las diferentes generaciones, es que Coromoto se detuvo a beber agua de un manantial llamado La Boquita de Casanapare, en donde hoy se encuentra el Club Puerto Azul.
En ese momento, al indio le llamó la atención el color azulado de la piedra, por lo que la tomó y guardó en su bolso, para luego dirigirse a la pulpería y cambiarla por víveres. Una vez que realizó el trueque, la piedra volvió a aparecer en el bolso de Coromoto, misterio que lo extrañó.
Siempre que intentaba deshacerse de la piedra, volvía a aparecer en su bolso, por lo que decidió dirigirse hasta la iglesia de la aldea a conversar con los sacerdotes franciscanos, encargados de la evangelización del pueblo, quienes notaron en la piedra la imagen de la Virgen María con la manos cruzadas en señal de oración.
Piedra es puesta como reliquia
Al darse cuenta que se trataba de la madre del señor Jesucristo, deciden registrarla como una reliquia religiosa y la colocan en un relicario que se encontraba en la iglesia hecho de bahareque.
Para el año 1900, un terremoto acabó con casi todo el pueblo, pero entre los escombros fue hallado intacto el relicario por los mayordomos del templo, Feliciano Longa y Gregorio Iriarte, lo que asombró a los lugareños.
Esta imagen no tiene nada que ver con la imagen de la Virgen de Coromoto revelada en Guanare, a pesar de llevar el mismo nombre, pues la coincidencia es que ambos indios se llamaban igual, pero no son de la misma fecha.
Encuentran posible fecha de aparición
En los Escritos Secretos del obispo Mariano Martí, aparece que para el año 1772 ya la imagen había sido hallada, pues en el escrito da fe de intercesiones milagrosas para sanaciones, indica Yeruska Pérez, socia apostolada de la Virgen de Coromoto de Naiguatá.
“De acuerdo a lo publicado por el monseñor Rafael Arias Blanco, esta imagen es considera el símbolo religioso de mayor data en el país, se dice que más antiguo que la imagen aparecida en Guanare”.
Por no tener un informe exacto, Pérez dice que se estudia dar inicio a un proceso de investigación para lograr dar con la fecha exacta del hallazgo de la piedra.
Otro de los registros que existe es que desde 1877 comenzaron con la celebración a la imagen, de la que hay fotografías desde 1830, a pesar de tener información escrita de su presencia desde 1772.
Piden justo reconocimiento
Fabricio Merentes, quien es custodio de la imagen desde hace 72 años, pide que se haga un justo reconocimiento a la Virgen, que ha sido catalogada por los naiguateños como una de las más milagrosas.
Comentó que durante la tragedia que sufrió el estado en el año 1999, todos los habitantes de la parroquia acudieron a refugiarse en la iglesia, y en vista de que no cesaba la lluvia le pidieron al entonces párroco sacar a la imagen en procesión.
“El río ya se había llevado el puente de Naiguatá y nosotros caminamos con la imagen bajo la lluvia por el pueblo arriba, la llevamos al mirador y de ahí nos regresamos a la iglesia. Cuando finalizó el recorrido paró la lluvia”./ar