Los ajustes han sido la clave para Gerardo Parra
*El jardinero criollo se soltó a batear y nadie lo mueve de los jardines
Una combinación de factores ha hecho de ésta la mejor temporada en la carrera de Gerardo Parra. Y siendo agente libre para el invierno del 2015-16, el surgir del venezolano con el madero ha llegado en el mejor momento posible.
Parra, cambiado de los Cerveceros a los Orioles el 31 de julio, señala la oportunidad de jugar a diario como el mayor motivo de su alto rendimiento este año.
«Ahora le doy gracias a Dios por estar jugando todos los días», expresó Parra, quien de paso se convirtió en el jugador 1.000 en participar en un partido vistiendo el uniforme de los Orioles al debutar con el club el 1ro de agosto.
«Diría que lo más importante es la oportunidad, porque tú sabes que si fallas hoy, mañana vas a estar jugando. Si fallas mañana, vas a estar jugando. Creo que eso es lo más importante, la confianza».
Como había sido el caso en tantas ocasiones en sus primeros cinco años en Grandes Ligas con Arizona, Parra empezó la presente campaña como cuarto jardinero de los Cerveceros. Pero las lesiones en Milwaukee le dieron la oportunidad de jugar a diario, y el oriundo de Santa Bárbara de Zulia no la desperdició.
En 100 juegos y 351 veces al plato por Milwaukee, Parra bateó .328 con 24 dobles, cinco triples, nueve jonrones y robusto OPS (porcentaje de embasado más slugging) de .886. Con los Orioles ha visto desacelerarse un poco el ritmo con promedio de .250 y OPS de .725 en 25 encuentros, pero en sentido general el bateador zurdo lleva proyección para poner sus mejores números en promedio, jonrones, empujadas, slugging y OPS.
Con el bate al hombro
Además de la oportunidad diaria, que ha seguido después de su paso a Baltimore, Parra ha mejorado al bate gracias a unos ajustes importantes que le enseñó el coach de bateo de los Cerveceros, Darnell Coles.
Ahora, en vez de sostener el bate en el aire en la caja de bateo, Parra lo deja sobre los hombros. Según el propio jugador de 28 años, el resultado ha sido una mentalidad más tranquila a la hora de esperar su pitcheo.
«Anteriormente yo tenía el bate arriba y movía mucho las manos», relató Parra. «Esa era una de las cosas que él me decía. También decía que yo era muy agresivo y que por eso me abría mucho. Me dijo que tratara de poner el bate en el hombro y relajarme. Eso me ha dado muchos resultados, ya que estoy más pasivo en el home y me he dado cuenta de que puedo leer mejor la bola».