Francisco Cervelli: Toda una revelación

* El receptor ha sido clave para que los Piratas tengan el mejor récord desde mayo

Cuando los Piratas de Pittsburgh no pudieron emular la oferta de 82 millones de dólares por cinco años que los Azulejos de Toronto le presentaron a Russell Martin, no perdieron el tiempo para encontrar un nuevo receptor.

De hecho, era uno que desde hace tiempo tenían en la mira: Francisco Cervelli. Y la adquisición del venezolano, mediante un cambio con los Yanquis, fue una de las más acertadas de los meses de invierno.

¿Que si Cervelli había sido un suplente durante sus siete temporadas en Nueva York? ¿Que le tocaba sustituir a un Martin que venía de una campaña en la que registró el cuarto mejor porcentaje de embasado de las Mayores con .402?

«En toda mi carrera he tenido que llenar zapatos bien grandes. Ya me tocó con (Jorge) Posada y con Russell Martin una vez», recordó Cervelli sobre su trayectoria con los Yanquis, el equipo con el cual debutó en la Gran Carpa durante la temporada de 2008.

«Yo no me puedo preocupar por llenar los zapatos de nadie. Simplemente debo concentrarme en hacer mi trabajo y jugar de la manera que juego», indicó.

El aporte de Cervelli ha sido esencial para un equipo que cuenta con la mejor foja en las Mayores desde el 9 de mayo (56-30) y que se ubica como uno de los comodines de la Nacional con registro de 69-47.

Cervelli ha aprovechado la oportunidad de jugar constantemente. Sus 313 turnos son la mayor cantidad en su carrera. Su promedio de .306 como receptor le ubica segundo en las Mayores y batea .354 a partir del séptimo inning.

Los Piratas se han transformado en unos de los equipos más entregados al análisis estadístico para ganar la mayor cantidad posible de juegos con un presupuesto restringido.

Por eso el acento en las formaciones especiales defensivas y en la necesidad de contar con habilidosos receptores que sepan mascotear detrás del plato, aspecto en el que Cervelli es uno de los nuevos magos.

Cervelli lidera a los receptores esta temporada en esa práctica del mascoteo: la capacidad de engañar al umpire para que cante strike a un lanzamiento fuera de la zona.

«Como receptor defensivo, estoy contento con lo que estoy haciendo, es muy bien. Todos los años trabajo para mejorar algo, darle énfasis a algo nuevo», dijo Cervelli, quien cataloga como «lo mejor» su cambio de equipo.

 

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