Derrame petrolero en Arrecife contamina las especies

 

* Desde hace seis años están esperando reubicación de muelle

Luisana Brito – Desde el lunes 13 de julio, en el muelle de Arrecife, en Carayaca, una mancha negra cubrió gran parte de las redes, boyas, lanchas y otras herramientas para la pesca.

Según algunos pescadores, el derrame proviene de una de las tuberías de un buque que surte a la planta Tacoa, y que actualmente les está generando pérdidas, ya que aseguran que se están contaminando las especies marinas.

Señalan que unos 70 pescadores han tenido que disminuir la faena, por ello hacen un llamado al gobernador Jorge Luis García Carneiro para que tome cartas en el asunto.

“La situación empeora. Aquí vinieron representantes de Insopesca, del Ministerio de Ambiente, de Energía y Petróleo, Corpoelec, Pdvsa y Bomberos Marinos, y lo que dijeron es que iban a solventar la problemática, pero no cumplieron. Tenemos pérdidas, tanto con las lanchas como con la carnada”, manifiesta el vocero del Consejo de Pescadores de Arrecife, Juan Martínez.

Invierten el doble para pescar

Señala que por la gravedad de la situación tienen que zarpar mar adentro, y ello amerita el doble de la inversión, que es cerca de Bs. 30 mil, y esto cuando las corrientes marinas lo permiten, pues asegura que por los lados de Oricao es muy fuerte la marea, hasta el punto que han perdido la embarcación.

“Cuando vamos a pescar el petróleo mata a la carnada que está viva y se descompone rápidamente. Necesitamos comprar camarones para el anzuelo, y el kilo está en 1.600 bolívares”.

30 lanchas esperan por motores

Debido a la escasez y altos precios de los repuestos, los pescadores se ven en la necesidad de reparar las lanchas por autogestión, asegurando que actualmente tienen 30 peñeros paralizados.

“Hay un herrero que nos presta el servicio, pero no tiene los recursos para comprarse el equipo de soldadura. Le dieron el espacio, pero le falta un crédito para equiparse”, manifiesta Oswaldo Frontado.

Destaca que ha tenido que trasladarse hacia el interior del país en busca de madera y fibra de vidrio para proteger el bote.

“Hoy día no se consigue madera de calidad. He viajado hasta Charallave para comprar samán. Tengo dos meses con la lancha parada porque no consigo las piezas del motor, además cada día están más caras. Las autoridades cuando benefician solo lo hacen con dos o tres créditos, que no alcanzan para nada, porque un motor nuevo está por los 400 mil bolívares. Con esta crisis ya no se puede reunir dinero”.

No hay enseres de pesca

Carlos Rodríguez, informa que el nailon, la red, el alambre, la carnada y los anzuelos, son algunos de los utensilios de pesca que se suman a la lista de artículos escasos, y cuando aparecen cuestan el doble de su precio real, asegurando que la situación de las divisas también les afecta, porque la mayoría de las herramientas son importadas, recordando que la última vez que compró las nasas o jaulas de pescar costaban Bs. 21 mil, y actualmente rondan los Bs. 70 mil.

“Desde hace seis meses no conseguimos alambre en la ferretería, y el que tengo está oxidado, ya casi no me sirve. No recibimos ayuda por parte del Gobernador, y las ferreterías socialistas tampoco tienen insumos. En enero el rollo de nailon costaba 500 bolívares, y hoy se ubica en 1.200. La caja de sardinas cuesta 400 bolívares y trae menos de 10 kilos, que se acaban en un dos por tres. Ser pescador ya es un lujo”.

Esperan reubicación de muelle

“El 16 de julio del 2009, día de nuestra patrona la Virgen del Carmen, el Gobernador nos prometió que iban a iniciar los trabajos, y luego de seis años aún no tenemos nada, quedamos a la deriva”, expone Alberto Jiménez, quien lleva más de 20 años ejerciendo este oficio.

Señala que se ven en la necesidad de dejar las lanchas a la intemperie, debido a que el lugar donde están ubicados es muy alto y se les hace difícil entrar al agua.

“Debemos estar siempre alertas de que la corriente no arrastre los peñeros, porque no hay de dónde amarrarlos. Además, es un peligro porque les pueden robar los motores y están muy caros”.

La falta de cavas no les permite conservar las especies, por lo que se ven en la necesidad de rematarle el producto a los distribuidores.

“No tenemos un lugar para descansar cuando llegamos de pescar, no tenemos un espacio para dejar los enseres, los motores, entre otras cosas. Cada vez estamos peor”.

Apagones generan daños

 Manifiestan que a pesar de estar a pocos metros de la planta de Tacoa, se va la luz con frecuencia. “No hay un día en el que aquí no pase nada. Constantemente las torres están echando chispas, explotan y hay apagones. Vivimos asustados porque no le hacen mantenimiento. El miércoles se fue la luz en tres oportunidades y se quemó la nevera. Colocamos el reclamo y nadie se hace responsable por los daños”./ar