Joven venezolano muere tras golpiza de policías ecuatorianos
Un joven venezolano, de nombre Jorman Godoy Palencia, 21 años, fue asesinado este pasado viernes por la Policía Metropolitana de Guayaquil (Ecuador), durante un hecho que generó protestas y denuncias entre la diáspora que se encuentra ese país.
La versión denunciada por la comunidad de connacionales que hacen vida en Ecuador señala que Godoy salió a vender medias, su medio de subsistencia desde hace cuatro años en ese país. Sin embargo, su rutina se vio alterada el viernes, cuando se topó con funcionarios del citado organismo policial, quienes pretendían decomisarle su mercancía.
Fue retenido y, al parecer, en medio de un altercado con los funcionarios fue golpeado salvajemente hasta provocarle la muerte. Un hecho suscitó protestas.
Este sábado, un nutrido grupo de venezolanos se concentraron frente a la sede de la fiscalía ecuatoriana para exigir justicia por lo que considera fue un vil asesinato debido al uso excesivo de la fuerza, en contra de un detenido.
Las imágenes difundidas sobre el hecho, muestran a Godoy esposado, indefenso, y una de ellas cuando está tirado en el piso.Sus familiares alegaron que se trataba de un joven trabajador, y no de un delincuente.
«Mi hijo no era un delincuente, pero lo golpearon como si lo fuera. Le tiraron gas pimienta, lo lanzaron al piso y lo agredieron entre varios metropolitanos. Todo porque lo acusaron de haber atacado a una agente municipal. Él solo se defendió porque le quitaron sus cosas», denunció su padre.
Un informe presentado por la Policía de Guayaquil indica, que supuestamente Godoy agredió a una funcionaria durante un forcejeo en el que participaron varios vendedores ambulantes de la zona.
Se activó un dispositivo de seguridad a raíz del ataque, y fue cuando lo detuvieron. Fue llevado a un módulo policial, al cual fueron a buscarlo sus familiares ya en horas de la tarde.
Estos indicaron que lo encontraron en muy mal estado, por lo que decidieron trasladarlo a un hospital, pero falleció durante el trayecto.
«Lo encontramos demasiado deteriorado, no podía mantenerse en pie. Con el apoyo de unos trabajadores de una importadora, lo trajimos (al hospital Bicentenario, a ocho cuadras del parque) en una plataforma eléctrica porque ningún taxi nos quería parar. Lastimosamente en el camino falleció», contó uno de los comerciantes que ayudó en su traslado.