Cientos de devotos participaron en la misa y procesión del Cristo de la Salud de La Guaira
Laura De Stefano
Cada año el fervor por el Santo Cristo de la Salud va en aumento y un ejemplo de esta realidad fueron los cientos de feligreses que este domingo acudieron a la Catedral San Pedro Apóstol para acompañar a la imagen en su tradicional procesión por las principales calles de La Guaira en un recorrido de más de 2 horas.
Entre comparsas, parrandas y rezo del santo rosario los feligreses celebraron los 423 años de la llegada del Cristo a la costa del litoral, aunque su destino era la ciudad de Maracaibo. Pero, los habitantes de aquella época decidieron hacerlo suyo hasta la fecha.
Una ferviente devota es Rosalía Espinoza, quien a sus 83 años no ha faltado a ninguna de las misas
a pesar de que el deslave la obligó a dejar su hogar en Caja de Agua por una en Catia la Mar. “Yo venía
como mi mamá desde que tenía 7 años”. Ha perdido la cuenta de los favores concedidos, por eso no ha dudado en transmitir esta fe a su familia. Ayer estuvo acompañada de sus hermanas, hijos y unas cuñadas que también participaron de la eucaristía celebrada por el presbítero Ronald Ugueto, administrador parroquial de la Catedral y rector del seminario del Macuto.
María de García, otra ferviente creyente, tiene más de 30 años venerando la imagen. Relata que esa devoción nació después de verse tan enferma por sufrir de hepatitis. “Me puse en manos de él. Estoy muy agradecida por cuidar de mi familia”. Desde hace 15 años pertenece a la Sociedad del Santo Cristo de la Salud y como miembro invita a todo el pueblo a visitarlo a cualquier día y hora de la semana.
Imploró para que se acerquen a él con el corazón en las manos, porque es lo más grande y hermoso de La Guaira. Por la salud física y espiritual El padre Ugueto en su homilía pidió al Cristo que “nos cuide la salud física, psicológica y espiritual. Pedimos por los médicos para que sean íntegros como el beato doctor José Gregorio Hernández, nuestro santo médico de los pobres, que tanto contribuyó a la investigación y realización de la medicina en Venezuela”. También pidió por las autoridades para que aprueben los recursos para las medicinas y mejoramiento de los hospitales. Dio gracias a Dios por tantas enfermeras que dan lo mejor de si para mostrar la ternura del Señor.
Resaltó que otras imágenes del Cristo de la Salud son veneradas en Venezuela, siendo las principales la de Borburata, en Carabobo, que también como de La Guaira data del siglo XVII; la de Zaraza, en Guárico, cuya procesión se realiza el 1º de enero desde 1857 y la de Petare, que se celebra en septiembre.
Salvador y redentor
Explicó que en los cuatro Evangelios hablan de que Jesús salva a los hombres y cada evangelista interpreta a su manera la salvación de Jesús. En Mar- cos, Jesús es el exorcista por su poder de expulsar los demonios, en Mateo es quien cura interpelando y actuando sobre las causas más profunda de la enfermedad, cura igualmente transmitiendo al que no puede aceptarse a si mismo, que Dios lo acepta de manera plena e incondicional.
“Lucas, como doctor, presenta a Jesús como el verdadero médico que espera con creces a los otros médicos y curanderos. Él se preocupa de dejar a los hombres sanos y salvos. La enfermedad subyuga y postra al hombre por tierra. Jesús devuelve a los enfermos y les devuelve su dignidad inviolable, pero que se ve menoscabada con la enfermedad”.
Para Juan la causa de la enfermedad es la desvinculación con Dios. “El hombre está sano solamente cuando la vida divina le impregna por completo.
Jesús cura al paralítico y en el Evangelio de este domingo escuchamos la curación del ciego de nacimiento en una fuente. Con su palabra, Él los hace entrar en contacto con la fuente interior, con la fuente de la vida que brota dentro de ellos”. Recalcó que la curación se da porque el ciego fue obediente. “Si queremos sanarnos, tenemos que obedecer lo que Dios nos pide y manda, cumplir su santa voluntad”.
El padre Ugueto dijo que nosotros podemos colaborar con el misterio de la sanación, pero primero necesitamos estar sanos y para ellos debemos aprender de Jesús a descubrir nuestras fuerzas salvadoras. “En el encuentro con Jesús desaparecerá lo inauténtico y las simples apariencias, el pecado que oscurece nuestro ser y nos enferma…”
Manifestó que, si nos encontramos con Dios, estaremos en contacto con nuestro verdadero yo. Y solo ese yo íntimo será posible ayudar a sanar a los demás.
Envió un saludo a todos los fieles devotos que acudieron a agradecer las gracias recibidas, a la diputa Rudi Puerta, quien es la asignada a la comisión religiosa en La Guaira, a los miembros del Cristo de la Salud, a la juez Celeste Liendo, a la doctora Cipriana Ramos y al ministerio de música de La Guaira. Este año, por compromisos, no estuvieron ni la banda marcial ni la Orquesta Sinfónica.