La empatía puede evitar suicidios
Por: Alejandro Díaz
La tasa de suicidios sigue aumentando de forma alarmante por causas asociadas al covid-19.
Desde marzo de 2020, que comenzaron los contagios en Venezuela, las cifras de muertes por violencia autoinflingida no descienden de 1.100 casos, luego de haber registrado 1.150 en 2020, 1.164 en 2021 y 1.104 en 2022, según los datos del Observatorio Venezolano de Violencia.
Sobre las causas y consecuencias de los casos de suicidios, el psicólogo Wilman Echarri comentó que la difícil situación socioeconómica del país y la presión académica serían los factores más determinantes a la hora de que una persona tome la decisión de quitarse la vida.
Señaló que la mayoría de los suicidios son personas de la tercera edad, debido a que suelen ser personas más vulnerables mentalmente y que ven el envejecer como una situación agobiante, a lo que muchas veces se suma el padecimiento de enfermedades físicas, en la mayoría de los casos, sin cura o con tratamiento muy costoso, que no pueden cubrir.
Sin embargo, los jóvenes en etapa universitaria son el segundo grupo con más víctimas de suicidio.
“Esto se debe a la gran presión académica que implica sacar una carrera en Venezuela, especialmente con la situación país, en los últimos años”.
Otra de las causas que llevan a las personas, especialmente a las mujeres, a tomar esta decisión es la violencia de género dentro del entorno familiar, lo que genera inestabilidad tanto emocional-psico- lógica como económica, factores que pueden desencadenar estado depresivo recurrente.
¿Cómo ayudar?
En la gran mayoría de los casos, una persona que pudiera estar pensando en quitarse la vida,
suele alejarse de sus familiares y amigos de manera repentina y comienza a perder el interés en actividades que antes disfrutaba.
Comienzan a estar distraídos o tener dificultades para concentrarse y suelen tener comportamientos autodestructivos como beber alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras.
A pesar de todas estas señales, un posible suicida normalmente no pide ayuda a nadie, puesto que sienten que solicitar apoyo psicológico o de simples consejos, es un signo de debilidad, por lo que eligen no contar a nadie sus problemas y, muchos tampoco saben adónde acudir por ayuda.
Los familiares deben estar atentos al comportamiento de sus seres queridos, y tomar en cuenta la importancia de hacer preguntas abiertas, sinceras sobre los cambios de actitud, porque esto facilita la ventilación emocional de la persona y la puede persuadir de que el suicidio no es una solución, sino una tragedia lamentable.
Escuchar sin interrumpir demuestra que la persona está siendo escuchada. Se debe mostrar empatía, actitud acogedora e interesarse por sus necesidades básicas; una simple buena socialización puede marcar la diferencia en estos casos. Hay que actuar con paciencia y afectuosamente.