Recuperar el poder adquisitivo promete el Gobierno nacional

El largamente esperado aumento salarial está a la vuelta de la esquina, según lo anunciado por la vicepresidenta de la República Delcy Rodríguez.

La alta funcionaria fue más allá y habló de la recuperación del poder adquisitivo, lo que trasciende un simple aumento general de salarios, lo que nos permite deducir que el gobierno, conocedor de los problemas sociales graves de los trabajadores, seguramente tiene ya medidas para evitar que se repita lo de siempre: que el aumento se diluye entre la inflación y las devaluaciones.

Pero, para que el aumento salarial, tan esperado, no se vuelva sal y agua, hay que aumentar la producción de bienes y de servicios. Porque más circulante con igual producción se traduciría en inflación y escasez, otra vez.

Hay una emergencia nacional: La devaluación redujo el mínimo en solo 3 meses a 6 dólares con 50 centavos. ¡Es el sueldo más pobre del mundo! Eso no alcanza ni para comer, lo sabemos todos: lo sabe el gobierno y quienes están entre los 2 millones 300 mil venezolanos que tienen deficiencias nutricionales, como reveló el presidente Nicolás Maduro, en su mensaje anual ante la Asamblea Nacional y ante el país entero. Su palabra vaya adelante.

El anuncio de la vicepresidenta tiene un significado especial porque sus palabras fueron pronunciadas ante miles de educadores afectos al gobierno, y allí Rodríguez se permitió recordar que hace 24 años esos educadores y millones de venezolanos fueron conquistados con promesas de una Venezuela mejor, con igualdad de oportunidades y con justicia social.

Esas promesas fueron las que conquistaron al pueblo y encumbraron a un equipo político liderado por Hugo Chávez que, en 24 años, que se cumplen el 2 de febrero, no se ha propuesto, por ahora, cumplirle a ese pueblo que hoy sufre un poco más que antes, ¿o no? Recuperar el poder adquisitivo significa, entre otras cosas, recuperar la producción nacional, vale decir el sector primario, la producción agrícola y pecuaria y el secundario la transformación industrial de la materia prima, ambas generadoras de empleos y de riquezas.

En el 2022 hubo mejoría en el sector terciario o de comercio, pero ese no es generador de grandes cantidades de empleos, como se necesitan. Es importante, pero no lo más importante, pues genera “una burbuja de falsedad económica”, como se atrevió a decir a los 4 vientos, monseñor Víctor Hugo Basabe*, el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, en la tradicionales fiestas en honor a la Divina Pastora, este sábado 14.

Apoyo a los productores del campo, promoción de las inversiones para relanzar las industrias con todos los viejos empresarios o muchos de ellos que están deseosos de que se recuperen las condiciones de seguridad jurídica y otras, y también con los nuevos, con los allegados que quieran invertir aquí lo que se han ganado.

Así, motivando a los empresarios chinos forzados a emigrar por las expropiaciones de Mao Zedong, a invertir en las 5 Zonas Económicas Especiales, fue como comenzó Deng Xiaoping, el año 1980, la transformación de China. Para calmar a los conservadores llamó a sus reformas: Socialismo con características chinas, aunque no es más que el viejo liberalismo económico, con un sistema político unipartido.

Adelante, ¡buen comienzo del año 2023! Recuperen el poder adquisitivo de los trabajadores, para que mejore el consumo, se acabe el hambre y la desesperanza, y el país renazca con el Ave Fénix.

Rómulo Herrera
*Monseñor Basabe, con ese nombre tan revolucionario: Víctor Hugo, de seguro fue criado y educado bajo los preceptos de Los Miserables de Víctor Hugo y las luchas por una sociedad más justa que están plasmadas en esta magnífica obra ambientada en las luchas sociales de mitad del siglo XIX, en París.

En Los Miserables se cita varias veces a Juan Jacobo Rosseau y su Contrato Social como guía de los revolucionarios y hay un poema que Cosette dedica a su “primer novio”, después de “conocer en profundidad” al revolucionario Marius, su real primer amor, en cuyo poema reniega del amor platónico, del amor que no da frutos, del que se queda solo en palabras, y no concreta los hechos. Algo así como el amor gobierno-pueblo en estos primeros 24 años.

Gobierno, escuchen a este Obispo maracucho, evidentemente de ideas afines. Escuchen que es, quizás, el sentir del pueblo que él está interpretando.

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