EL ‘Arma del Juicio Final’ el K-329 Belgorod
La OTAN remitió este fin de semana una nota de inteligencia a sus países miembros en la que alerta de la movilización del submarino nuclear ruso ‘K-329 Belgorod’, portador del misil nuclear Poseidón, también conocido como el Arma del Juicio Final.
El nuevo submarino fue botado en julio y ahora se habría sumergido en aguas del Ártico tras su posible implicación en el sabotaje de los gasoductos Nord Stream, según distintas fuentes extraoficiales.
Cuando la marina rusa presentó el submarino el pasado mes de julio, dijo que en principio se usaría para «expediciones científicas e investigación», según el comandante en jefe de la Armada rusa, Nikolay Tevmenov, en declaraciones recogidas por la agencia estatal rusa TASS. Durante la ceremonia en la ciudad de Severodvinsk, Tevmenov aseguró que el Belgorod abría «nuevas oportunidades para Rusia en la realización de varias investigaciones y ayuda a llevar a cabo diversas expediciones científicas y operaciones de rescate en áreas remotas del mundo».
Se trata de la construcción naval más grande de Rusia y el submarino más grande construido en 30 años: mide 184 metros de largo y pesa 30.000 toneladas. Además, puede transportar hasta seis torpedos nucleares ‘Poseidón’, con una carga útil nuclear de hasta 100 megatones, según el medio US Naval Institute News.
Este tipo de armamento no tripulado, bautizado por los expertos como el «torpedo del juicio final», tiene una potencia como para producir un tsunami de hasta 500 metros de altura, y está diseñado además para causar una contaminación radiactiva generalizada y «devastadora», similar a la de una bomba de cobalto, señalan desde este medio estadounidense.
Puede actuar como una nave nodriza para un conjunto único de embarcaciones más pequeñas que tienen capacidades de inmersión profunda y la capacidad de manipular la infraestructura submarina
Además, un documento ruso filtrado y traducido por la BBC en 2015 describía a los torpedos Poseidón como armas diseñadas para «destruir» ciudades costeras económicamente importantes al «crear amplias áreas de contaminación radiactiva, dejándolas inutilizables para actividades militares, económicas o de otro tipo durante mucho tiempo».
Por: 20minutos