La urología es una especialidad esencial en la salud de los hombres que han llegado a la cuarta década de su vida. Las patologías que afectan el aparato urinario comienzan a tomar mayor fuerza a medida que transcurren los años.
Por esta razón, es fundamental que cada hombre sepa cuál es el momento indicado para visitar al urólogo. Sobre este tema, el especialista en el área, Rafael Mago, hace énfasis en la importancia de mantener contacto frecuente con su médico, con el fin de descartar o tratar ciertas afecciones.
Para Mago, las patologías prostáticas son las más frecuentes registradas en la entidad, debido a que “en algún momento de la vida, todo hombre va a experimentar problemas a nivel prostático, ya sea por infección o crecimiento hormonal de la próstata».
“Estos casos producen, en mayor medida, problemas obstructivos y/o retención de la orina e hinchazón», dijo.
¿Cuál es la enfermedad más común?
Una afección llamada prostatitis. Se refiere a una infección e inflamación de la próstata. “A partir de los 40, el paciente empieza a experimentar dificultades para orinar y también merma la actividad sexual o reproductiva. De eso se encarga el urólogo, de ayudar al paciente a tener la capacidad de mantener una vida sexual plena o armónica”, señaló Mago.
Destacó que es “totalmente falso” el rumor que existe entre la población homosexual, en el que se asegura que los hombres homosexuales no sufren problemas prostáticos. “Incluso, en algunos casos llegan hasta con cáncer de próstata y sin posibilidades de salvarle la vida”.
Otro de los rumores que desmintió Mago se refiere a la creencia de que si un hombre es intervenido quirúrgicamente, pierde el deseo sexual. “También es falso, puesto que el paciente, una vez que se opera puede volver a tener actividad sexual, incluso mejor que antes”, aseguró.
El examen anual es fundamental
Mago explicó que es de gran importancia que los hombres se realicen el examen anual para evitar posibles complicaciones. Este examen consta de una ecografía del aparato urinario, un análisis de sangre y otras pruebas funcionales de acuerdo a cada paciente.
“Es algo muy común que deben hacerse los hombres todos los años. Es un peligro para el paciente obviar estas cosas porque muchos de ellos hacen caso omiso por años y luego llegan con patologías prostáticas malignas que nunca fueron detectadas y ya no hay nada qué hacer para ayudarlo”, manifestó.
El especialista indicó que la mayoría de los casos que atiende la urología son quirúrgicos. “La gente cuando viene al urólogo, comúnmente, tienen que ser operados”, aseguró.
Solo 6 urólogos en La Guaira
La urología es solo una de las especialidades que, a pesar de ser muy demandada, se encuentra sin médicos especialistas que puedan brindar sus servicios en la entidad. “Somos muy pocos urólogos en La Guaira, algunos tienen muchos años de trayectoria y ya no están viendo la misma cantidad de pacientes que antes. Somos 6 en todo el estado”, dijo.
Agregó que en las instituciones públicas no hay quien atienda esta especialidad. “El último urólogo que trabajó en un centro de salud pública fui yo, que estaba en el Materno infantil de Macuto y me fui porque ya no se están realizando operaciones en mi especialidad”.
Recomendaciones profesionales
En cuanto a sus recomendaciones para tratar o controlar enfermedades referentes al área urológica, Mago reiteró su llamado a los hombres para realizarse el examen anual, a partir de los 40 años de edad, con la finalidad de evitar complicaciones a futuro.
Asimismo, indicó que ser debe beber mucho líquido, aunque absteniéndose de refrescos con gas y proteínas en abundancia, puesto que, a la larga, pueden producir cálculos.
Por su parte, el especialista recomendó a las mujeres que tengan incontinencia y pérdidas de orina, acudir al urólogo y “no perder el tiempo” yendo a otros especialistas. “A las pacientes embarazas con suplementos de calcio y las mujeres con problemas de menopausia que se les indica suplemento de calcio, se les recomienda líquido y tomar sol”.
Recordó que las mujeres no deben utilizar protectores diarios ni ropa demasiado apretadas para evitar que se produzca una infección urinaria o infecciones vaginales, además de mantener una buena higiene genital y protegerse durante el acto sexual.
Por Alejandro Díaz