Huellas Quiamodoro: Protección y amor por montón para los amigos de cuatro patas
- Cuentan con un refugio en Vista al Mar, Arrecife y dos en Playa Verde
- Actualmente tienen alrededor de 70 animales entre perros, gatos y otras especies
Luisana Herice
Rescatar, sanar, proteger y adoptar son cuatro palabras que definen a esta fundación que desde hace 9 años tiene como objetivo ayudar a animales abandonados, enfermos o en mal estado, con el objetivo de elegirles un hogar adecuado y una familia que los cuide y llene de amor desde el primer instante.
Con esa premisa, nació Huellas Quiamodoro, que cuenta actualmente con tres albergues: el más grande está ubicado en Vista al Mar Arrecife y otros dos en Playa Verde. Todos han sido construidos y mejorados a lo largo del tiempo con esfuerzo y dedicación de su creadora, Olga Quiamodoro, una proteccionista independiente y técnico veterinario que decidió dedicarse al cuidado y la protección de animales, tarea que comparte con su esposo e hijos, quienes sin duda heredaron el amor por los animales.
“Cuando estaba pequeña llevaba a casa cuanto perro o gato herido me consiguiera en la calle. Ya siendo adulta apoyaba a una proteccionista en Caracas, prestaba un espacio de mi casa como pensión para perros. Llegó un momento en que tenía más perros rescatados por mi y fue ahí cuando decidí tener mi propia fundación”, relata Olga.
Actualmente en el albergue de Vista al Mar tienen 50 perros entre grandes y pequeños, dos gatos, un loro, un gavilán que no vuela, un erizo de tierra y tres acures. En una casita bien acogedora y cómoda se encuentra los 7 cachorros rescatados junto a su madre, el pasado lunes en Tanaguarenas.
Una fundación familiar
Explica que tiene 9 años rescatando, sanando y cuidando todo tipo de animales, sobre todos perros y gatos de la calle, pero fue hace 5 años cuando registró y constituyó legalmente Huellas Quiamodoro, sin fines de lucro.
“Somos una fundación completamente independiente. Sin embargo, hay seguidores que nos ayudan bastante a través de donaciones. De hecho, este refugio (Vista al Mar) ha sido construido prácticamente con las donaciones que recibimos. Todo se invierte en ellos porque nuestro objetivo es darle una vida bonita, darle amor, eso a nosotros nos sobra”.
Desde el inicio ha tenido el apoyo de su familia, sobre todo el de su esposo, quien además de ayudarla con el cuidado de los amigos caninos, la moviliza y acompaña en cada rescate.
“No puedo quejarme, mi esposo me ha apoyado al 100%. A él le ha tocado comprar medicamentos y alimentos más de una vez. Mis hijos también forman parte de este proyecto que disfrutan al máximo. En los refugios de Playa Verde, cuento con el apoyo de mi mamá y hermanos. Además tengo dos colaboradores (amigos de la familia), que para mi valen oro”.
El método de rescate de Olga no ha cambiado mucho de cuando era pequeña, pues ella sale a la calle y si consigue un perro o un gato en situación de calle, no lo piensa dos veces y se lo lleva. También atienden las denuncias que realizan sus seguidores o personas en las redes sociales.
Salvando vidas
En estos 9 años no han sido pocas las veces que han tenido perritos al borde de la muerte, debido a las heridas de gravedad que presentan, obligándolos a tomar riesgos decisivos que pueden o no salvarle la vida. Son más las ocasiones donde gracias a Dios y a los cuidados que le brindan han logrado conseguir una segunda oportunidad para los amigos peludos de cuatro patas.
Tal es el caso de “El Javi” un perrito rescatado en Mare Abajo, con una terrible herida en una de sus patas trasera y sin un solo pelo, debido a la sarna que se lo estaba devorando vivo.
“Cuando lo encontramos su condición era crítica, la infección que tenía en la pierna le estaba agarrando los huesos e iba subiendo. Tuvimos que cortarle la pata para evitar que la infección avanzará. A “El Javi” le falta una pata, pero le sobra amor y amigos perrunos con quien jugar y correr”, aseguró Fleury Escalona, esposo de Olga.
Entre los perritos rescatados también hay una Poodle que quedó completamente ciega a causa de una enfermedad en los ojos. “Pese a que le dimos su tratamiento, no pudimos hacer nada, quedó ciega. Sin embargo, eso no es impedimento para ella porque ya conoce todo el lugar y se desplaza sin problemas”, detalla la proteccionista.
Gracias a los conocimientos que posee Olga por ser técnico veterinario y por estar en el segundo año de la carrera de veterinaria, ella misma se encarga de curarlos. “Yo me encargo de todos los cuidados médicos, los desparasito, los pongo en control, les agarro vía, les pongo suero, cubro cualquier necesidad que tengan. Cuando son heridas que ameritan operaciones si busco ayuda con especialistas porque tampoco cuento con los equipos. Aquí me traen perros de la comunidad y yo los curo con mucho gusto”.
Resalta que cada uno de los animalitos que allí se encuentran tienen una historia fuerte, pero ellos están dispuestos a cambiarla por una más bonita.
Adopciones controladas
Olga señala la importancia a la hora de adoptar a un perro o un gato, pues son animales que requieren de atención y cuidados como un ser humano. Añade que “es mejor adoptar porque el amor que te puede dar un animal, te lo puede dar uno de raza o de la calle, y teniendo en cuenta que puedes encontrar diferentes opciones en situación de abandono, considero que esa es la razón”.
De igual forma, al momento de dar en adopción a una mascota, las fundaciones deben tomar en cuenta varios elementos que permitan escoger a la familia adecuada.
“Yo por ejemplo, tengo dos métodos para dar en adopción; una es el proceso caliente, es decir el animal es rescatado, curado si es necesario y en cuanto este bien si hay oportunidad de ser adoptado lo entrego. Eso sí, debo conocer a la persona, o puede ser recomendada y le hago seguimiento al cuidado de la mascota. El otro método es con los perros que tienen más tiempo aquí. Si tienen más de un año no los doy en adopción porque siento que los abandono, que le rompo su estabilidad. Haría una excepción solo si es alguien de la familia o muy allegado que tenga la certeza que estará muy bien”.
Hay perros que están desde el inicio del albergue, otros con 8 y 5 años. “Ya ellos son de la familia, al igual que una de las gatas que me la entregó la comunidad muy enferma, tenía un gatito muerto en la barriga, lo que le generó una fuerte infección, gracias a Dios pude salvarla y me quedé con ella”.
Aumenta abandono de mascotas por éxodo venezolano
La proteccionista alerta que cada vez son más los perros y gatos que se encuentran en situación de calle, expuestos a la crueldad de algunos seres humanos, al hambre y a la desidia. Añade que la población de animales en situación de calle desde hace un tiempo es extrema, incluyendo a los de raza. “De raza o no, el abandono es el mismo”.
“Es increíble la cantidad de mascotas que vemos a diario vagando por las calles. Muchas personas se van del país y como no tienen con quien dejarlas, los echan a la calle, donde corren el riesgo de ser atacados por personas crueles. Entre los perros rescatados que tengo bajo mi cuidado esta uno que recibió un machetazo en el rostro, por poco y pierde el ojo y así como él hay muchos que han sido víctimas de maltrato animal en la calle”.
Llamado a la conciencia
Olga realiza un llamado a la población a que no abandone a sus mascotas, por el contrario, pide que se pongan en contacto con cualquier fundación, refugio o proteccionistas que pueden ayudarlos a buscar una solución. “El abandono no es la solución, nuestras mascotas no tienen la culpa de nada. A mi pueden ubicarme a través de mis redes sociales y yo me hago cargo del animalito”.
Asimismo, expresa que para cualquier donación que deseen realizar, también pueden ubicarla por su Facebook, donde aparece como Olga Quiamodoro, por el Instagram de la fundación @Huellasquiamodoro. “Actualmente no tenemos perrarina, ni gatarina y también necesitamos comprar bravecto para las garrapatas. Ya el lote que compramos con la última donación se nos terminó, así como materiales de limpieza para mantener en óptimas condiciones el lugar donde habitan estos animalitos”.
Señala que cuando reciben donativos suficientes de perrarina y gatarina hasta los gatos de los bloques de Arrecife son alimentados. “Aquí tenemos para todos. Antes hacíamos jornadas de esterilización, donde las mascotas de los vecinos eran beneficiadas. Tenemos tiempo sin hacerlo porque por ahora no cuento con los recursos para cubrir todo lo que implica”.
Huellas Quimadoro seguirá rescatando y demostrando que sí hay gente buena, dispuesta a ayudar a los más desprotegidos, como los son nuestro amigos de cuatro patas. Olga y su familia trabajan con sus propios medios siempre con apego a la Ley y respeto a la vida./LH