Escándalo Brasil-Argentina en manos de la FIFA
La FIFA será la encargada de decidir el futuro del superclásico Brasil-Argentina, suspendido a los seis minutos y que acaparó la atención el domingo de la sexta jornada de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de Qatar 2022.
El árbitro venezolano Jesús Valenzuela oficializó la suspensión del partido por parte de la Conmebol, que remitió la decisión final al máximo organismo del fútbol internacional, responsable de las eliminatorias mundialistas.
A partir de ahora, se inician las pesquisas para determinar si el partido se aplaza, si se le da por perdido a Argentina por infringir la normativa sanitaria, supuestamente por encima de las reglas del juego y los estamentos deportivos, o si se le da por perdido a los brasileños por injerencias gubernamentales en materia deportiva.
La discusión de fondo es si el protocolo sanitario de Brasil es de fuerza mayor o no. En este punto, hay que tener en cuenta que la Conmebol y la FIFA respaldaron en las horas previas a los argentinos en la posible deportación de sus cuatro jugadores.
Ambos organismos consideraron que la burbuja que protege a todas las selecciones era motivo suficiente para que no se expulsara a esos futbolistas. Reglamentariamente, la Albiceleste estaba legitimada y por eso comenzó el partido, argumenta la Conmebol.
Sorprende que la AFA este aparentemente tan segura de que FIFA le dará los tres puntos. El equipo se retiró cuando el árbitro suspendió el encuentro y consideran los argentinos que el motivo fue externo, en ningún caso achacable a la Albiceleste. Fue una decisión ajena al fútbol y el país anfitrión debe pagar por ello, piensan en Buenos Aires. No obstante, reconocen que la CBF y los brasileños sí querían reanudar el partido y que se jugase con normalidad.