FARC pide perdón a secuestrados por estas «aborrecibles conductas»

El secretario general de Comunes -el partido surgido tras la desmovilización de las FARC, Rodrigo Londoño, pidió este miércoles perdón a las víctimas de secuestro de la guerrilla durante un acto celebrado en Bogotá con algunas de ellas por «la incertidumbre y la zozobra» que generaron estas «aborrecibles conductas».

«Esperamos que alguna vez nos puedan perdonar por tan incalculable daño infringido» expresó Timochenko

«Reconocemos que muchas de las personas secuestradas fueron sometidas a tratos indignos y padecieron agresiones físicas y morales que aumentaron innecesariamente su sufrimiento», dijo Londoño durante la ceremonia del acto Verdades que liberan, organizado por la Comisión de la Verdad.

Londoño reconoció que «un alto número de las víctimas del secuestro terminaron también perdiendo su vida», y ha lamentado que también quedaron algunas «sepultadas en algún lugar de la geografía rural», que por las circunstancias del conflicto, estas zonas «resultan hoy difíciles de determinar con precisión».

«A las víctimas del secuestro que finalmente obtuvieron su libertad, a sus familiares y seres queridos, a todas y todos los que de algún modo sintieron el peso de la privación injusta de la libertad, les expresamos desde lo más hondo de nuestro ser que lo sentimos de veras y que esperamos alguna vez puedan perdonarnos por el incalificable daño infligido», ha solicitado.

A quienes nunca regresaron de su secuestro, a quienes perdieron la vida en nuestras manos, a sus allegados agobiados durante años por su ausencia y desconcierto, les suplicamos perdonarnos por la terrible afrenta ocasionada. Hablamos con sentimiento de vergüenza, con la claridad plena de que los herimos en lo más sagrado de su corazón», ha demandado también.

En el encuentro también acudió Ingrid Betancourt, quien estuvo secuestrada de 2002 a 2008. Le pidió a los antiguos guerrilleros que «hablen con el corazón» y les ha cuestionado que «no haya habido una sola lagrima» por parte de ellos, mientras ella y sus «hermanos de dolor» sí han llorado. «Yo necesito ver los ojos aguados de ustedes».

«Mientras esta pesadilla sea solo nuestra estaremos todavía en la distancia de no poder explicarle a Colombia lo que realmente sucedió. Volver a ser humanos es llorar juntos, algún día tendremos que llorar juntos, por el sufrimiento de ustedes, de su vida, por el sufrimiento que nos causaron a nosotros y a nuestros familiares».

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