Le hicieron operación incompleta en el Seguro y llevan un año baipaseándola
Karen Cerrafán, habitante de Naiguatá, tiene un año yendo al Seguro Social a realizarse exámenes para que la operen de un tumor, pero siempre recibe una respuesta distinta.
En enero del 2020 tenía un dolor del lado derecho de la zona pélvica, cuando fue al centro de salud le realizaron exámenes para descartar apendicitis, los resultados arrojaron que tenía un mioma y un quiste en el ovario derecho, así que pidió una consulta con el cirujano y posteriormente le informaron que debían quitarle el ovario y el útero, porque además el mioma le estaba causando anemia.
Reconoce que todo el proceso se vio afectado por el inicio de la pandemia, pero pasaron varios meses antes de realizarle la cirugía y le mantenían la hemoglobina estable con transfusiones de sangre. “Al momento de operarme le pedí al doctor que no me dejara el otro ovario porque en mi familia hay antecedentes de cáncer, pero no me hizo caso”.
Al salir de la intervención vomitó, pero le explicaron que era una reacción a la anestesia y a que no le habían colocado el medicamento contra el vómito. “Prácticamente me sacaron del hospital cuando me dieron el alta, estuve 4 horas sentada afuera del Seguro buscando un taxi para irme a mi casa”.
A los días, regresó al hospital por un fuerte dolor en la zona pélvica, el doctor le explicó que se debía a la cirugía, pero cada día aumentaba el dolor.
Cuando visitó otro médico, la enviaron a realizarse varias ecografías y se percataron que tenía un tumor de 8 centímetros. “Le dije que era imposible porque tenía un poco más de un mes de haber sido operada, no podía creer que no se habían dado cuenta”.
Adicional al tumor, le detectaron una eventración producto del vómito al salir de su cirugía. Al comunicarse nuevamente con el doctor del Seguro, este le dijo que era imposible que tuviese un tumor, pero “no se molestó en revisar los exámenes ni las ecografías”.
Cerrafán estuvo visitando el centro por varios meses por los fuertes dolores que presentaba, siempre la ingresaban como si tuviese dolores gástricos, pero los doctores no se ponían de acuerdo en su diagnóstico: Uno me decía que no tenía nada, otro que tenía un tumor, hasta que uno me comentó que podía tener cáncer, llegué a pensar que los médicos se habían puesto de acuerdo para no atenderme, estaba confundida, no entendía nada”.
Luego de varios meses, visitó un CDI y conversó con la doctora encargada de las tomografías, quien le explicó que para visualizar el tumor debían hacerle una tomografía pélvica, y le estaban haciendo una abdominal. Esa era la razón por la que algunos doctores podían ver el tumor pero otros no, porque le cambiaban los exámenes y las órdenes constantemente.
Al llevar esos resultados al Seguro Social le programaron una cita para la operación, pero días antes le pidieron que repitiera nuevamente las imágenes. “Cuando estaba a punto de entrar al quirófano el doctor me dijo que no tenía nada, y suspendió la operación. Luego que confirmaron nuevamente que sí tenía el tumor me reprogramaron un turno, pero lo posponen cada semana y ya tengo un año en esta situación”, añadió.
Como consecuencia de tanta espera, la paciente actualmente presenta una eventración mucho más grande, deformación en el estómago y el tumor creció de 8 a 14.7 centímetros.
-Es cuestión de humanidad, yo necesito ser operada. No quiero morir, por eso he luchado tanto, pero estos doctores tienen que ser denunciados por inhumanos, insensibles. A ellos parece no importarles que me muera, porque parece que olvidan el juramento hipocrático, concluyó Karen Cerrafán./ VC