“El Tiburón Blanco” hizo realidad su sueño
Gregor Blanco no se conformaba con jugar en una Serie Mundial. Su deseo era hacerlo como primer bate y jardinero central.
Todo se le hizo realidad el martes al abrir el primer juego por los Gigantes de San Francisco, al batear un sencillo al jardín central y seguido anotar una carrera.
También atrapó en la pista de seguridad una línea bateada por Eric Hosmer que puso fin al primer inning. Fue un batazo peligroso, con un corredor en circulación, pero cumplió la jugada con sobriedad.
Fueron jugadas que marcaron la pauta para los Gigantes rumbo a la victoria el martes 7-1 ante los Reales de Kansas City.
«Era lo que siempre había soñado desde niño», dijo Blanco. «Sencillamente increíble. Estoy muy agradecido».
El venezolano de 30 años firmó con los Gigantes previo a la temporada de 2012, convirtiéndose en el cuarto jardinero del equipo.
Cuando Melky Cabrera fue suspendido por dopaje, Blanco quedó como el titular en el bosque izquierdo y se destacó con su defensa en la marcha que llevó al club a la conquista de su segundo campeonato en tres años.
Esta campaña, con San Francisco buscando un tercer título en cinco años, Blanco ha vuelto a reemplazar a un compañero en la alineación titular. Una lesión en la espalda dejó fuera a Ángel Pagán y el mánager Bruce Bochy apeló al “Tiburón Blanco”.
«Perdimos a Pagán, pero teníamos a otro jardinero central», indicó Bochy. «Alguien que cubre mucho terreno y que realmente menguó el impacto de la baja de Pagán».
«Te aporta en diversas cosas. Su defensa es magnífica y ha sido un buen primer bate. Puedes pedirle un toque, hacer el pisa y corre y te roba bases», añadió el piloto.
Es más fácil sin presión
Blanco terminó el primer duelo de la Serie Mundial con un hit en tres turnos, un par de boletos, dos carreras anotadas y una producida.
Su desempeño convalida la insistencia de Bochy de mantener al bateador zurdo como el primero del orden ofensivo, pese a que en los primeros ocho juegos de la actual postemporada registró un pálido promedio de .111, fruto de cuatro hits en 36 turnos, y una carrera anotada.
Pero despertó en los últimos dos encuentros de la serie de campeonato de la Liga Nacional ante San Luis, con tres hits en ocho turnos, y anotó tres veces.
«Lo que pasó con Gregor es que este año tuvo una carga de trabajo más fuerte que en años previos y lo sintió», comentó el coach de bateo de los Gigantes Hensley Meulens.
Blanco actuó en 146 juegos este año, su mayor cifra desde que participó en 144 en su temporada de novato con los Bravos de Atlanta en 2008.
«Creo que estaba apresurándome. Tuve que tranquilizarme. Es más fácil jugar sin la presión encima», dijo Blanco, quien bateó para .260 y puso un .333 en porcentaje de embasado durante la campaña regular.
«Mi trabajo es tratar de generar desde el principio y que de ahí parta todo», sostuvo. «Hay que embasarse como sea».