Roslandy Acosta: embajadora del voleibol criollo en el mundo

Galvis Guzmán. – Si de algo debemos sentirnos orgullosos los guaireños es de contar entre los nativos de esta tierra con la máxima figura femenina, en la actualidad, del voleibol de cancha venezolano, Roslandy Acosta.

Se ha convertido en uno de los principales orgullos guaireños del deporte

La joven de 1.90 de estatura es la única nativa, hasta ahora, que ha jugado en las mejores ligas de Sudamérica y Europa con un rol significativo. Viene de culminar su participación en la Liga de primera división en Japón contribuyendo a que su divisa, las Gatas Azules, mantuvieran su cupo en esta instancia.

“Le doy gracias a Dios, primeramente, y a mis padres que han sido mis guías junto a mis managers, quienes me han ayudado en mi crecimiento personal y como atleta, responsabilidad que llevo con mucha humildad, respeto y dedicación”, nos comentó la también olímpica en Beijing 2008.

Luego de haber pasado por las exigentes ligas de Estados Unidos, Alemania, Finlandia, Italia, Brasil y Japón, nos confiesa que donde aprendió más fue en esta última.

“He pasado por muy buenos entrenadores, pero el aprendizaje en Japón fue mayor, porque a diferencia de los otros que se basan en la fuerza y la potencia, ellos se apoyan en el juego inteligente. Contrarrestan su baja estatura con velocidad y agilidad”.

Roslandy fue la más productora de puntos para su divisa y estuvo entre las mejores de la liga, a pesar de no haber participado desde el día inaugural.

Crecimiento personal

Las experiencias y el transitar por el mundo con el voleibol, en 16 de sus 29 años de vida, los ha aprovechado Roslandy para su formación, no solo como atleta, sino a nivel cultural.

Habla inglés, portugués y entiende el italiano, además de manejar elementos básicos del japonés. Además, es graduada en dos carreras en EEUU: Sociología y Administración.

“Tengo actualmente a una gran manager, Jully Rumis, quién se preocupa no solo por que mejore en lo técnico, sino también en lo personal. Disfruto conociendo otras culturas. Sin embargo, nunca piensa en dejar a su país. “Siempre que pueda vendré. Nunca olvido de dónde salí y amo a mi país”.

“La pandemia me pegó mucho emocionalmente estando afuera porque quería estar con mi familia. Le he dado más valor a ella y a mis amigos guaireños”.

El futuro

“No sé si regresé a Japón, pero mi principal objetivo es seguir jugando en el alto nivel. Seguir desarrollándome, aunque también quiero estudiar otras carreras. Sin embargo, no sé que propósito tiene Dios para mí en cada país que visito”./G.G.

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