Aprende a decir “no”

No necesitas agradar a todo el mundo, te debes primero a ti mismo

En ocasiones nos resulta difícil, pero es importante saber decir que no para mantener nuestro propio bienestar. A veces, es necesario negarse ante ciertas peticiones, y eso no significa que seamos “egoístas”. Saber decir no es muy importante para sentirte bien contigo mismo y poder enfocarte correctamente en tus prioridades.

Por qué cuesta tanto

Generalmente, nos cuesta decir “no” por varias razones, pero todas ellas giran en torno a la necesidad de aceptación de los demás. Porque creemos que, al negarnos a alguna petición, los demás podrían pensar que no queremos ayudar, o por miedo a hacer sentir mal a otros.

Sin embargo, si eso significa dejar de lado tus necesidades, ¿te has preguntado a quién estás traicionando realmente?

  1. Céntrate en lo que sientes

Si te encuentras en una lucha interior y no sabes realmente qué decisión tomar ante una petición, es recomendable que te enfoques en cómo te sientes. Si valoras las emociones que te provocan la petición que te proponen, seguramente tu guía interior te dará la respuesta. Es muy importante que seas coherente y fiel a tus valores y tus propias emociones. De esta manera, todo fluirá mucho mejor.

  1. Expresa tu punto de vista

No temas nunca expresar tu opinión y tus emociones. Sentirás gratitud contigo mismo y las otras personas valorarán tu sinceridad y autenticidad. Un buen ejemplo de cómo decir no es cambiar el enfoque de la situación: agradece las peticiones y, si tienes que rechazarlas, aporta siempre un motivo de manera asertiva. Si explicas cómo te sientes, la gente comprenderá más fácilmente tu negativa.

  1. No pospongas tu decisión

En cuanto tengas claro que quieres decir no, no demores tu respuesta y hazlo en cuanto puedas. De esta forma ahorrarás energía, evitarás malentendidos y disfrutarás de relaciones sociales más sanas. No obstante, en el caso de que inicialmente hubieras accedido y, tras reflexionar, hayas cambiado de opinión, no te sientas forzado. Nunca es tarde para rectificar. Lo mejor en estos casos es explicarle a la persona con quien te habías comprometido tu nueva decisión, exponiéndole tus motivos. Al comunicarte de forma asertiva y desde el corazón, generarás más empatía en los demás y apoyarán tu decisión.

  1. No quieras agradar a todo el mundo

Intentar agradar a todo el mundo es un error muy común. Aprender a decir “no” es uno de los primeros puntos que tendrás que atender. Si estás acostumbrado a decir sí a todo, es el momento de dejar de asumir ese rol. Puedes comenzar a respetar tus propios límites con pequeños detalles.

Si te invitan a una actividad a la que no quieres asistir, expresa de manera clara el motivo por el que no quieres y argumenta lo que te gusta de otra. Si dices que sí a todo para agradar a las personas de tu entorno, acabarás realizando cada día pequeños actos que realmente no quieres, que estarán restando energía que podrías dedicar a lo que verdaderamente quieres en tu vida. La suma de todos estos pequeños actos puede desembocar en que dejes de ser el director de tu propia vida, lo que te provocará una enorme insatisfacción y te restará felicidad.

  1. No te muestres constantemente accesible

Si observas a tu alrededor te darás cuenta de que hay personas que están continuamente haciendo cosas por los demás y apenas se sirven a sí mismas. Si sientes que eres una de ellas, reflexiona sobre tus intereses y prioridades. En primer lugar, piensa en ti y después, si estás bien, tienes tiempo y te apetece, muéstrate accesible para los demás, permitiéndote siempre seleccionar las peticiones a las que sí vas a acceder, y cuales no.

  1. Disfruta de tu libertad

Toma tus propias decisiones y muéstrate a los demás tal cual eres. Así podrás establecer mejores relaciones sociales basadas en la honestidad. Sé consciente de tu libertad a la hora de tomar cada decisión tu vida, y muéstralo así a las personas de tu entorno. Al liberarte de la culpa ante una negativa, te sentirás mucho mejor y, además, estarás también ayudando a los demás a ser conscientes de que ellos también pueden hacerlo.

  1. No te comprometas si no puedes
    Cuando recibas una petición que no tienes claro si puedes asumir, espera a confirmarlo o rechaza la petición. Solamente adquiere aquellos compromisos que sientas que verdaderamente vas a poder cumplir y que además te apetezca hacerlo. Es una de las ocasiones más importantes en las debes saber decir no. Sé amable con tu respuesta, habla de cómo te sientes y reforzarás el vínculo con la persona que haya realizado la petición.

Consejos

• Debemos cambiar las creencias que nos hacen sentir que al negarnos a algo estamos rechazando o traicionando a otra persona, o que estamos actuando de forma egoísta. Casi todos nosotros aceptamos un no como respuesta de una forma muy favorable si nos hacen ver los motivos de la negativa.

• Además de argumentarla, también puedes ofrecer otras alternativas que ayuden de otra forma a la persona que realiza la petición.

• Sé conciso, firme y directo. Y, ante todo, sírvete a ti primero. Solo así podrás ofrecer lo mejor de ti para los demás y comenzarás a tomar decisiones que mejorarán tu calidad de vida y te ofrecerán una mayor felicidad.

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