En extrema pobreza vive familia desde hace seis años

A sus 24 años, Néstor Acuña depende de lo que recoge en el botadero de Santa Eduvigis para mantener a su esposa y dos hijos, una de dos años y otra de seis años. En el sector donde reside no hay servicio de agua potable, las aguas servidas van a una quebrada y el alumbrado eléctrico depende de un cable de la cual se benefician otras 10 familias.

“Soy ayudante de albañilería, pero no puedo trabajar porque estoy lesionado en ambas manos. Cobro hasta Bs. 20 mil por día con lo que recojo de plástico, aluminio y cobre. Esa es la única fuente de ingresos para la familia”.

Afirma que desde hace seis años reside en el sector y ha estado remodelando su rancho, aunque todo depende de las láminas de zinc y tablas que logra adquirir ya sea del vertedero o lo que consigue de los vecinos.

“Quisiera tener una mejor casa, pero para nosotros veo imposible ese beneficio. Somos gente trabajadora y no nos dan ninguna oportunidad”.

Destacó que su hija mayor asiste a clases a duras penas por la limitaciones de alimentación y recursos.

En la humilde vivienda aún el piso es de tierra y aunque está en etapa de ampliación la pobreza es evidente ya que carecen de los enseres básicos.LL/jd

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