“Sin producción se agrava la crisis e impide acatar aumentos salariales”
*Comerciantes denuncian que los pírricos ingresos no alcanzan para cubrir
sueldos y gastos operativos
María Elena Moreno
Eduardo Quintana, presidente de la Cámara de Comercio de La Guaira, asegura que la crisis económica no se soluciona con “supuestos aumentos de sueldo, sino con producción”. A su criterio, los anuncios en materia salarial siguen siendo inconsultos e inútiles para devolverle la calidad de vida al venezolano.
Resalta que “ni siquiera los considero aumentos de sueldo, aumentan el precio de los productos, principalmente de los alimentos, que son la prioridad en los hogares y lo que más falla”. Califica de distorsionada la economía; sobre todo luego de establecer como patrón hacer cuatro aumentos salariales anuales, “lo que ha generado desempleo y locales cerrados”.
Si no existe producción, no hay qué vender y, por ende, no hay ganancias. Aclara que los ingresos que devenga el sector a duras penas cubren un porcentaje de los costos operativos. “Si seguimos así, se tendrá que elegir qué pagar, si nóminas o servicios, porque todo junto es insostenible”.
Propone que para mejorar la situación hace falta “congelar los salarios, bajar los costos de los servicios, y un reimpulso enorme de la producción en el país. Solo así, en un par de años, podremos estabilizarnos”.
No reponen inventarios y las facturas vienen caras
Tras un recorrido por diferentes áreas comerciales, fue posible constatar que la mayoría ve el aumento de sueldo como un ataque, que termina convirtiendo a los empresarios en verdugos, ya que los obliga a lo que tanto quieren evitar, a la reducción de personal.
“Antes tenía 15 personas trabajando, ahora me quedé con ocho, contando a carniceros y charcuteros. Casi todo se me va intentando pagar las facturas que llegan aumentadas en cada despacho, sobre todo de los productos importados, que es lo que más hay, y suben de precio cada vez que se alza el dólar, porque eso no se paga con divisa oficial”, expresa el encargado de un supermercado.
Los pedidos de productos regulados llegan recortados y una vez por semana, y a causa de la regulación de precios, el porcentaje real de ganancias que tienen es nulo. “Creo que no puedo reponer ni siquiera los rollos que requieren las máquinas registradoras en un mes. Muchos comerciantes no vemos ganancias, porque al pagar nóminas, impuestos, permisos y facturas no nos queda nada”.
Quienes se dedican a la venta de ropa y calzado aseguran que la situación es crítica y ha obligado a los dueños a cerrar domingos y días feriados.
“A veces abrir trae pérdidas, porque pagamos todos los servicios y no se vende nada. Al menos un 30% suben los precios entre los despachos de mercancía, que hemos reducido al pedir por unidades y no por bultos como solíamos hacer”, señala la propietaria de una zapatería.
El sector además debe lidiar con la desconfianza de los proveedores, quienes, a propósito de la crisis, eliminaron las líneas de crédito y piden el pago de contado el mismo día que llega el camión, o solo dan una semana para cancelar.
Pese a estar en plena temporada escolar, en los comercios ligados al área indican que las ventas son nulas y que trabajan con mercancía vieja, “no podemos correr el riesgo de endeudarnos y pedir cosas nuevas que se queden frías, como pasó el año pasado”./va