Vándalos hurtan 95 metros de cables eléctricos del colegio Juan Pablo II
1.078 alumnos se quedaron sin clases
A oscuras quedaron el Juan Pablo II, la casa parroquial y la iglesia Santísima Trinidad, en la Aviación, cuando un grupo de malhechores se aprovecharon de la falta de seguridad policial para cortar el cableado de 95 metros que lleva la electricidad a estos centros.
Marcos Espinoza, director del colegio, explica que cuando llegaron en la mañana se percataron del hecho y debido a la poca iluminación, además del intenso calor, se vieron en la obligación de despachar a los 1.078 alumnos, quienes acudieron a clases.
Sostiene que inmediatamente se comunicaron con Corpoelec para notificarle lo sucedido y obtuvieron repuesta inmediata con el envío de cuadrillas que trabajaron hasta altas horas de la noche para reponer el servicio, por lo que “hoy tendremos clases con toda normalidad”.
“En varias oportunidades hemos sido víctimas del hampa y aunque tenemos vigilancia interna, la externa es nula. Esto es aprovechado por los antisociales para aprovecharse de lo ajeno”.
Refiere que el año pasado los roba escuelas se llevaron la consola de la emisora y destrozaron varias áreas, lo cual los obligó a consignar la denuncia ante el Cicpc, pero hasta los momentos no se han establecido responsabilidades.
La situación es grave porque a esto se suman los atracos en las adyacencias, sin que se active el plan de vigilancia escolar anunciado en varias oportunidades por las autoridades de educación. “Una vez más solicitamos la puesta en marcha del proyecto para evitar el desmantelamiento de los planteles”.
Bandalaje fuera de control
Jhonny Martínez, presidente de la Asociación de Padres del estado, indica que los hurtos se intensifican los fines de semana y ya es usual que los lunes, cuando llega el personal a los centros educativos, encuentra la huella del hampa.
Destaca que la semana pasada causaron destrozos en el preescolar Manuel Gual, ubicado en el Carlos Fiol y en varios centros del urbanismo Hugo Chávez. “Estas denuncias han sido interpuestas ante el Cicpc, pero no hay respuesta”.
Agrega que “cuando lo hurtado es recuperado, pasa a manos de Fiscalía y para devolverlo pasa mucho tiempo, tal como ha ocurrido en el licenciado Aranda donde aún esperan por 20 computadoras”.
Es hora de que alguien le ponga la cascabel al gato, “pues estos hechos sistemáticos vulneran el derecho a la educación y muchas veces ponen en riesgo la vida de los profesores y alumnos, porque se han denunciado casos donde el hampa los somete a punta de pistola”./jd