Estados Unidos se prepara para afrontar un mayor flujo de migrantes y solicitantes de asilo a partir del miércoles 21 de diciembre, cuando dejará de aplicarse el Título 42, una norma sanitaria instaurada por el expresidente Donald Trump, y mantenida por el actual Gobierno.
Se espera que el fin de esta regla conlleve un aumento en la cantidad de personas que llegan a la frontera sur con la esperanza de buscar refugio en el país.
El Departamento de Seguridad Nacional ya delineó la estrategia que seguirá para hacer frente a una mayor llegada de migrantes, pero aseguró que el sistema estadounidense “no está diseñado” para lidiar con el flujo migratorio actual.
EEUU no tiene la capacidad para “lidiar con el actual nivel migratorio ni con el incremento que se espera en las próximas semanas y meses”, se lee en un documento de siete páginas publicado en la web de DHS donde se detalla la preparación para el fin del Título 42.
Entre las medidas que detalla el documento están unas 3.000 nuevas contrataciones, entre funcionarios y contratistas, para reforzar las agencias migratorias, a la vez que un aumento en la capacidad de transporte, incluyendo rutas aéreas y buses para transportar migrantes dentro de Estados Unidos y también para deportarlos si no cumplen con los requisitos para permanecer en el país.
El DHS también planea empezar a utilizar una aplicación para teléfonos móviles que permitirá a los solicitantes de asilo agendar una cita para presentarse a los puertos de entrada y así evitar que las personas crucen de manera irregular la frontera.
A pesar de estas medidas, las autoridades locales y líderes comunitarios en las ciudades fronterizas han alertado que no tienen los suficientes recursos para lidiar con la cantidad de migrantes que se espera entren en el país.