Venezuela reporta una alta proliferación del caracol africano, el cual es considerado una plaga gracias a su capacidad de reproducción por las recientes lluvias. Puede llegar a producir graves daños en el ambiente y seres humanos.
No es solo el impacto que puede ocasionar sobre la agricultura y la fauna de caracoles de la zona, también puede transmitir parásitos perjudiciales para la salud humana y la de animales.
Así lo afirma la autoridad sanitaria, “transmiten enfermedades como meningitis, encefalitis y trastornos intestinales”.
También fue declarado por el Ministerio de Ambiente como dañino y perjudicial para la conservación de la biodiversidad. Es una especie invasora y hospedadora de ciertos tipos de gusanos, potenciales causantes de enfermedades zoonóticas.
El caracol gigante africano es originario de las zonas boscosas del este de África, pero se ha encontrado además en Asia, el Caribe y una serie de islas en el Pacífico y el Índico.
Se recomienda a las personas:
• No tocar caracoles.
• Evitar el contacto con la baba del caracol (Achatina fulica ), especialmente con ojos, nariz y boca.
• Lavar con agua potable las verduras.
• Si tocó el caracol, lavar inmediatamente las manos. También hacerlo luego de tocar las superficies que puedan haber estado en contacto con la baba de caracol.
• No comer caracoles.
• No utilizarlos como carnada, mascota o adorno.
• No utilizar venenos contra el caracol, ya que pueden afectar a niños, mascotas o fauna nativa.
• Elimine del jardín restos de madera, materiales de construcción, tejas o cualquier elemento que pueda ser utilizado como refugio por el caracol.
• En caso de ser necesario, tomar los caracoles con guantes impermeables, colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.
• No permitir que los niños participen de la captura de los caracoles.
• No trasladar caracoles hacia otras zonas. Tener precaución al trasladar plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.