El 9 de noviembre de 1989, la Alemania comunista sucumbió y abrió sus fronteras al mundo occidental
El Berliner Mauer (Muro de Berlín en alemán), fue la pared de seguridad que formó parte de la frontera entre la República Democrática Alemana (comunista) y la República Federal de Alemania (democrática) desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989.
Es el símbolo más conocido de la Guerra fría y de la división del país. Separó la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la RFA, Berlín Oeste, de la capital de la RDA entre esos años.
Este muro era denominado en la RDA como “Muro de Protección Antifascista” y por parte de los medios de comunicación y parte de la opinión pública occidental como “muro de la vergüenza”.
El Bloque del Este dominado por los soviéticos sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un Estado socialista en Alemania del Este.
El muro de 45 kilómetros dividía la ciudad de Berlín en dos, mientras que otros 115 kilómetros rodeaban su parte oeste aislándola de la RDA.
El Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia.
Acompañando al muro, se creó la llamada “franja de la muerte”, formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas.
Entre 1961 y 1989 más de 5.000 personas trataron de cruzarlo. Se desconoce el número exacto de personas que murieron al intentar traspasar la frontera a través del muro. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo fue de más de 200 personas, incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte el Centro de Estudios Históricos de Potsdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona.
La caída del muro vino motivada al abrirse las fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana.
Este hecho motivó enormes manifestaciones en Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el Gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido. Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo.
Al día siguiente se abrieron las primeras brechas en el muro y comenzó la cuenta regresiva para el final de sus días.
El origen
Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias.
En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA). Berlín quedó dividida.