Una práctica inhumana llamada prostitución forzada con fines de supervivencia y alimentación se desarrolla en la frontera colombo-venezolana.
El fenómeno de la migración por la lamentable situación social en Venezuela provocó el aumento del oficio más antiguo del mundo. No es nueva en la frontera, pero todavía sigue generando mucha desigualdad y vulnerabilidad, sobre todo en mujeres y personas LGBT.
Ingresan al mercado sexual para obtener dinero que les permita subsistir. También para evitar vivir en la calle, ya que son personas que no acceden a puestos de trabajo por la xenofobia.
La mayoría son personas jóvenes, quienes describen sentirse sin futuro ni oportunidades.
Según la Organización de Naciones Unidas “el 75% de los migrantes y refugiados venezolanos no puede adquirir comida, casa y empleo, por lo que piden apoyo internacional para su integración en los países de acogida. La visión del gobierno del presidente Petro en Colombia ayudaría a acelerar la implementación del Acuerdo de Paz”.
Por: Alejandro González.