El líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales de este domingo en Brasil con el 50,81 % de los votos válidos, frente al 49,19% del mandatario Jair Bolsonaro, tras haber sido escrutado el 98,50 % del total, según los datos oficiales.
“Democracia”, escribió Lula en su cuenta de Twitter nada más conocer el resultado. Más de 156 millones de personas estaban llamadas a acudir a las urnas para elegir, además del presidente, a 12 de los 27 gobernadores que fueron a segunda ronda tras no haber obtenido más del 50 % de los votos en la primera vuelta de las elecciones, celebrada el pasado 2 de octubre.
Su victoria también inclina a Brasil a la izquierda y amplía una serie de triunfos de la izquierda por toda América Latina que han sido impulsados por una ola de rechazo a los gobiernos establecidos. Ahora, seis de los siete mayores países de la región han elegido líderes de izquierda desde 2018.
A pesar de su triunfo, un gran porcentaje de los 217 millones de brasileños siguen considerando que Da Silva es corrupto debido a un amplio esquema de sobornos que se destapó años después de que abandonó el poder. Y si bien sus condenas de corrupción fueron anuladas, Da Silva nunca fue declarado inocente.
En el Estado de Sao Paulo, motor económico del país, ha ganado el candidato de Bolsonaro, Tarcísio de Freitas. Con sus 46 millones de habitantes, São Paulo es el principal colegio electoral del país además del Estado más rico, por lo que su gobernador es una figura con enorme peso político.