Si de aquí a fin de año la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) no reúne 700 millones de dólares de donantes, tendrá que suspender varios programas de ayuda que podrían resultar catastróficos para los más vulnerables.
En los últimos meses los problemas de financiación ya han obligado a limitar algunas de sus operaciones, aunque la actual situación podría suponer más suspensiones de programas “que podrían afectar a millones de personas”, alertó la agencia de Naciones Unidas en un comunicado.
Acnur puso el ejemplo de sus actividades en Uganda, país que sufre un brote de ébola y donde la organización no puede entregar los necesarios kits de ayuda sanitaria a las zonas afectadas.
Acnur mostró especial preocupación por su financiación de programas en Oriente Medio, donde nuevas reducciones de sus operaciones podrían impactar a 1,7 millones en Líbano, Jordania y Yemen.