Aunque la vivienda no está en condiciones de ser habitada, Jesús Uzcategui y su familia piden ayuda a la Alcaldía y Gobernación para limpiar las grandes rocas y maleza que quedaron en su casa en Palmar Oeste, al lado del Hotel Belmar, Caraballeda, desde el deslave de 1999, porque no tienen en donde vivir.
Mientras estuvieron damnificados debieron alquilarse, pero “se ha vuelto impagable y nos están desalojando”.
Señala: “Hay que remover las piedras con maquinaria pesada y no tengo los recursos para alquilarla”, al tiempo que manifiesta que no ve otra opción porque no quiere que su familia quede a la intemperie.
“Queremos limpiarla, si durante la limpieza se cae, entonces levantamos paredes con esfuerzo propio”.
Por otro lado, Uzcategui explicó que en varias oportunidades han intentado invadir su propiedad, “por eso es que quiero recuperarla, porque es de mi propiedad y no la voy a perder”.HB/jd