Las autoridades de Irán tratan de silenciar las protestas que desde hace once días sacuden Irán por la muerte de Mahsa Amini con la detención de periodistas y activistas, además de la imposición de fuertes restricciones de internet.
La muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el obligatorio velo ha provocado fuertes protestas en el país en las que se pide más libertad, a diferencias de las movilizaciones de los últimos años centradas en cuestiones económicas.
A la represión de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad, se ha unido la de la información.
Desde que comenzaron las protestas tras el fallecimiento de Amini el viernes 16 al menos 20 informadores han sido detenidos, según el Comité para la Protección de Periodistas, que tiene su sede en Nueva York.
Entre los arrestados se encuentra la periodista Nilufar Hamedi, que fue de las primeras en informar del caso de Amini para el diario reformista Shargh Daily, y que se encuentra en confinamiento solitario.