El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá desmintió este lunes el hallazgo de una fosa común con 18 cadáveres de migrantes venezolanos en el Tapón del Darién, tal cual como salió publicado en varios medios de comunicación.
El organismo aclaró en un comunicado que “a lo largo del 2022 se han registrado 18 fallecidos de diversas nacionalidades en su trayecto por la selva, de los cuales 5 han sido por inmersión, los 13 restantes por causas desconocidas”.
Elías Cornejo, coordinador de proyectos del Servicio a Migrante de Fe y Alegría Panamá, rectificó la información que él mismo aportó al informativo Contacto Sur, de la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular, ALER.
Cornejo emitió “una disculpa pública porque creo que hubo un malentendido en cuanto a la nota que habíamos cubierto nosotros hace exactamente una semana con relación a las 18 personas desaparecidas de diversas nacionalidades”.
Confirmó que el dato de la desaparición reportada de estos migrantes y el número corresponde “a todo el año. La confusión se presentó cuando nos dan la información, confundimos el dato sin intención de ningún interés y queremos aclarar esta situación”.
Aclaró que “los datos que tomamos nosotros son de las autoridades panameñas. Nunca damos información equivocada y mucho menos con la intención de desprestigiar a una institución como el Servicio Nacional de Fronteras”.
En sus declaraciones, informó que según los reportes de algunos migrantes “sí hay la información (extraoficial) de un grupo de venezolanos que fallecieron en una loma, se les reventó la soga y cayeron por un acantilado, pero es un dato que se debe corroborar aún”.
A través del Servicio Migrante Fe y Alegría, Panamá cuenta con varios sitios de albergue y atención para migrantes que cruzan el país con destino a Estados Unidos u otros países.
Hasta la fecha han atendido a casi 700 personas y esperan rebasar al final de 2022 la cantidad que acogieron el año pasado de 790 migrantes. Cornejo afirma que muchas de las informaciones que recogen en los centros de atención se las aportan los migrantes cubanos, haitianos, africanos y venezolanos “a través de sus historias y relatos”.