El último recuento de víctimas de la mayor escalada de la violencia entre Israel y palestinos es de 600 muertos en el lado israelí y más de 2.100 heridos, de los cuales 20 se encuentran en estado crítico y 338 en estado grave; mientras, 313 gazatíes han fallecido, entre ellos 20 niños, y otros 1.990 están heridos.
Aunque el Ejército israelí haya confirmado que entre las víctimas fatales se encuentran al menos 4 de sus hombres, la peor parte se la han llevado los civiles, en ambos lados. En Israel, muchos fallecieron por el ataque masivo lanzado por el grupo palestino Hamás a primera hora de ayer, con el lanzamiento de miles de cohetes por aire y la incursión de milicianos por tierra.
La televisión ha emitido los testimonios de civiles cuyos familiares han sido secuestrados por hombres armados de Hamás y no se sabe qué suerte han corrido. Aún se desconoce cuántos civiles y militares, muertos y vivos, están en manos del grupo palestino y han sido llevados a la franja de Gaza.
Este domingo, las tropas israelíes han recuperado el control de 29 lugares en el sur de Israel que fueron tomados ayer por Hamás, pero continúan los combates con milicianos palestinos en algunos puntos, a los que accedieron ayer después de derribar parte de la valla que separa Gaza de Israel e infiltrarse en numerosas localidades de los alrededores.
Un portavoz de Hamás ha dicho a la Agencia EFE que en las últimas horas fueron enviados nuevos combatientes y más armamento a territorio israelí para apoyar a los hombres que se están enfrentando aún con efectivos de Israel. Estas nuevas infiltraciones se han llevado a cabo al mismo tiempo que el lanzamiento de más de 100 cohetes desde Gaza hacia las comunidades israelíes colindantes con el enclave, ha explicado ese portavoz.
Al menos 10 cohetes han caído en la ciudad fronteriza de Sderot, la más afectada por la ofensiva de Hamás, ya que fue el primer lugar en el que lograron infiltrarse los milicianos palestinos, que siguen presentes en varios puntos, aunque no se sabe cuántos son. Las autoridades planean evacuar todas las poblaciones cercanas a la franja de Gaza, mientras buscan asegurarse su control y expulsar a los hombres armados que aún quedan en la zona.
La población de la franja de Gaza, donde se estima que viven más de 2 millones de palestinos, está sufriendo la represalia del Ejército israelí que, tal y como dijo el sábado el primer ministro Benjamín Netanyahu, utilizará “todo su poder para destruir las capacidades de Hamás”. “Los destruiremos y vengaremos con fuerza este día oscuro que han impuesto al Estado de Israel y a sus ciudadanos”, advirtió en un discurso televisado.