62 muertos por erupción del volcán de Fuego en Guatemala
La erupción del volcán de Fuego este domingo, la más fuerte del cráter desde 1974, es una tragedia cuyo alcance todavía se desconoce.
Oficialmente la cifra de fallecidos asciende a 62 personas, pero el hallazgo de más cuerpos podría aumentar el total de muertos. Solo en las inmediaciones de la aldea El Rodeo los socorristas han localizado 29 cadáveres, nueve de ellos ya han sido trasladados a la morgue.
El resto no pudo ser evacuado por el momento debido a que los rescatistas tuvieron que abandonar su labor por nuevos ríos de lava; los agentes están esperando reanudarla en cuanto existan las condiciones mínimas de seguridad.
El máximo responsable de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Sergio García, afirmó la noche del domingo que se contabilizaban 3.100 personas evacuadas y 1,7 millones de ciudadanos afectados por la explosión.
De momento se desconoce el número de desaparecidos y el de refugiados, ya que muchos de ellos han buscado acogida en casas de familiares o amigos. Al menos tres aldeas desaparecieron bajo toneladas de ceniza.
La tragedia se produjo al filo de las tres de la tarde del domingo (hora local) cuando una avalancha de lava volcánica, piedras y lodo se precipitó sobre varias comunidades ubicadas en las faldas del cráter. No todos lograron escapar. Familias completas quedaron atrapadas en sus humildes viviendas. Otras en una iglesia evangélica, donde asistían a la misa dominical. Algunos cuerpos, como el de una mujer embarazada, quedaron calcinados bajo las expulsiones volcánicas.
Entre los heridos considerados como «muy graves» se encuentran cuatro niños con quemaduras de tercer y cuarto grado. Por lo menos uno de ellos sobrevive con respiración asistida. No es fácil establecer una cifra de heridos, porque cambia con el paso de las horas, mientras se desvanece la esperanza de encontrar a más supervivientes.
Si humanamente las víctimas no han sido cuantificadas, el aspecto material ni siquiera ha sido atendido. Expertos como Gustavo Chigna, del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, calcula que las cosechas, particularmente de maíz y café, habrían quedado reducidas a cenizas en un radio de cinco kilómetros alrededor del volcán.