José Ángel Maicabares
63 años del tradicional Entierro de la Sardina celebró Naiguatá este miércoles de ceniza, pero en condiciones atípicas, ya que debido a la pandemia de covid-19, se restringió a las inmediaciones del muelle pesquero del Conppa Benita Chirinos.
La emblemática celebración tuvo que renunciar al recorrido que hace todos los años por el pueblo, pero si mantuvo la cómica misa de inicio, confesión del cura y la parranda.
Desde la 12 del mediodía hasta las 5 de la tarde fue permitida la celebración, con un aforo mínimo de personas y bajo la supervisión de la Policía de La Guaira.
“Son 63 años de tradición, el ciclo de carnaval, el ciclo de cuaresma y el ciclo de valores, el pueblo reclama, pero debemos mantener la disciplina”,
expresó Juan José Montes, quien interpreta el cura.
Montes exclamó que la cultura tradicional no es pasado, es algo vigoroso y significativo del tiempo, “ese es el camino donde de vamos siempre con esta gran manifestación”.
Franklin Suárez quien representa al diablo mayor desde hace 8 años, expresó lleno de orgullo que estos valores se lo inculcó su padrino, actual presidente de los pescadores del Conppa de Naiguatá.
“Ya son 63 años y es un orgullo muy grande porque nos faltan tres nada más para ser patrimonio cultural de la humanidad”, precisó el cultor.
Xavier Quintero agradeció el apoyo del secretario de Seguridad Ciudadana Andrés Goncalves, al alcalde José Alejandro Terán, Imdere, Cantera Columvar, además de los comercios Río Mar y el Sifón de Naiguatá, por brindar su granito de arena para hacer la celebración.