La pandemia de coronavirus hizo de 2020 uno de los peores años en la historia de la industria aerocomercial, que no sufría un golpe tan grande desde la Segunda Guerra Mundial.
Con las medidas tomadas por casi todos los gobiernos para evitar la propagación del virus, el tráfico mundial de pasajeros disminuyó un 49% con respecto a 2019. Es decir, de los 33,2 millones de vuelos efectuados en 2019, solo se realizaron 16,8 millones en 2020.
De esta baja, los vuelos domésticos se redujeron en un 40%, pero el mayor impacto lo sufrieron los internacionales, que cayeron un 68% con respecto a 2019.
Algunas aerolíneas no resistieron la paralización, especialmente las que acumulaban deudas millonarias que solo podían sostener con actividad constante. 43 aerolíneas se vieron en la obligación de cesar sus operaciones, principalmente en Estados Unidos, el país que más compañías aéreas perdió.
Otras lograron resistir, pero despidieron en total a unos 350.000 trabajadores. Tan solo en Estados Unidos, unos 90.000 empleados del sector perdieron sus puestos, 19.000 de American Airlines.