En el olvido se sienten más de 40 familias que se encuentran viviendo en condiciones inhumanas en el antiguo liceo Lorenzo Gonzalez. Muchas de ellas fueron afectadas en la tragedia de 1999.
Han pasado 24 años desde la catástrofe y todavía esperan respuesta de las autoridades para su reubicación. Viven en una estructura que se cae a pedazos y que los coloca en riesgos diariamente.
Reina Lara expresa: “Cuando se murió la niña el año pasado, cuando le cayó la pared encima, nos dijeron que nos iban a sacar y desde entonces no hemos visto ni una familia salir de aquí para ser reubicada”.
Sin agua, sin gas y hasta sin comida sobreviven en condiciones insalubres, que afectan tanto a los niños como a los adultos mayores. Denuncian que varios se han enfermado por las aguas residuales, filtraciones y escombros.
“Esto no es fácil, tenemos que sobrevivir”, dice Lara, quien agrega que les urge la ayuda y que están cansados de vivir en esa situación. “No nos toman en cuenta para ningún beneficio”.
Piden la ayuda del gobernador José Alejandro Terán y del alcalde José Manuel Suárez para que “por favor” los beneficien con una vivienda digna, donde les puedan ofrecer calidad de vida a sus hijos y que no estén durmiendo bajo el riesgo de amanecer tapiados por la decadente estructura. MM/jd