Por: Laura De Stefano
Los tres años de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández fue celebrada con una jornada de oración por los enfermos, que comenzó a las 3:00 pm y culminó a las 6:00 de la tarde, y la santa misa en el santuario dedicado al Médico de los Pobres en el urbanismo Hugo Chávez en Playa Grande.
La eucaristía fue presidida por el rector del santuario, el padre Alfredo Bustamante, diaconada por el diácono Rubén Azueta y amenizada por el Ministerio de Música del Sagrado Corazón de Jesús en la Páez.
Durante la misa se bendijo el agua y la sal que fue esparcida a toda la feligresía que se dio cita en ese lugar. En sustitución del acto penitencial para renovar nuestras promesas bautismales en este tiempo de pascua.
En la homilía el padre Bustamante hizo una semblanza de la muerte de José Gregorio Hernández y en la manera como un pueblo caraqueño se desbordó para hacer su última despedida al santo de los pobres en su muerte ocurrida el 29 de junio de 1919.
Destacó que su tumba en el Cementerio General del Sur nunca dejó de tener flores y velas ofrecida por una feligresía que pedía su intercesión ante el padre celestial, pues ya lo consideraban un santo.
Sus restos fueron trasladados a la iglesia de la Candelaria, donde reposaron durante muchos años hasta el momento de una nueva exhumación ya cuando era venerable.
Destacó el padre Bustamante en su homilía que las obras de misericordia escuchadas en el Evangelio fueron la vida entera de José Gregorio Hernández, una entrega generosa a los más necesitados.
“Ahora nos toca seguir orando y reportando cuantos milagros podamos tener para la pronta canonización de José Gregorio Hernández, es decir que suba a los altares del mundo entero”.
Los devotos de José Gregorio desbordaron este martes una vez más el templo, no dejaban de pasar y dejar sus ofrendas de velas y flores al Santo de los Pobres.